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La Copa Libertadores tiene dueño y es colombiano. El Paisa dio la vuelta en el Atanasio Girardot frente a su público, sin embargo, quien le limpió el camino su fue su rival ecuatoriano.
Nacional le ganó en Medellín 1-0 al Independiente del Valle y se adjudicó su segundo título copero, pero la gran revelación del torneo fue quien se encargó de sacarles de encima a los más peligrosos: River Plate y Boca Juniors.
Sería absurdo quitarle méritos al dueño de América, Atlético Nacional, pero es bueno darle la derecha a su rival ecuatoriano que, teniendo un presupuesto magrísimo, remó desde abajo. y cómo.
Independiente del Valle debió arrancar desde el subsuelo porque jugó la primera fase frente al Guaraní de Asunción para después meterse en la zona de grupos.
Por el Grupo 5 los ecuatorianos tuvieron a dos campeones y candidatos con lo son Atlético Mineiro y Colo Colo, sin embargo, hicieron pata ancha en la zona y se metieron segundos a dos puntos de los brasileños, incluso les ganaron en Quito por 3-2.
Por octavos de final debieron enfrentar al campeón de la Copa Libertadores River Plate, equipo que defendía su título y que iba con todo para meterse en cuartos, pero, los ecuatorianos en silencio y con mucho esfuerzo se llevaron la clasificación, de manera inesperada, al vencer 2-1 en el global.
Por cuartos tuvieron a los mexicanos de Universidad Autónoma (UNAM) a quienes vencieron desde el punto penal para caer en semifinales en las garras de un Boca Juniors que metía miedo por su prestigio y por tener en la cancha, nada menos, que a Carlos Tévez. Independiente sorprendió y les ganó por la ida y por la vuelta; 5-3 terminó en el global.
Atlético Nacional no la tuvo tan pesada; el rival, en los papeles, más duro que tenía por la zona de grupos era Peñarol, sin embargo, los carboneros no fueron aquel equipo del «Chueco» Perdomo y el «Loco» Trasante, por lo que le ganaron por 6-0 en el global; el rival más pesado que tuvo fue Rosario Central, club sin renombre internacional, pero que fue capaz de romperles el invicto y les obligó a jugar con todo en el Girardot.
Por semifinales tuvieron a un gigante devaluado como lo es el Sâo Paulo, a quienes le ganaron tanto de ida como de vuelta; 4-1 terminaron en el global.
@lostribuneros
