Nicolás Aponte no sale de su admiración. Nunca había viajado a Uruguay pero lo tenía muy presente, más aún siendo colombiano. Curiosamente, no es del Millonarios ni de Santa Fe, sino que es un equipo de Cali, de aquel club que tiene una marca imborrable: América, luego de aquella inolvidable final de 1987 cuando el equipo de Peñarol le sacó de las manos a los escarlatas el trofeo de la Copa Libertadores.
Profesor de educación física formado en Cultura Física y Deporte en la Universidad INCCA de Colombia mira con asombro a los vecinos del plata y se pregunta «¿cómo un país tan pequeño pueda generar tantos futbolistas de calidad?».
Fascinado por el fútbol oriental, viajó a vivir en carne propia uno de sus sueños, que era conocer Uruguay. Las vueltas de la vida le dieron esa chance.
Aprovechando que está haciendo una especialización en Buenos Aires, aprovechó para cruzar el charco y, por fin, conocer al enigmático país charrúa.
-Me encantó la gente. Es muy amable y educada- fueron las primeras palabras del profe Aponte, hombre que actualmente se desempeña como preparador físico de la primera división femenina de San Martín de Burzaco.
-Admiro el fútbol de Uruguay y me pregunto ¿cómo un país tan pequeño pueda generar tantos futbolistas de calidad?-
De ahí comenzaron surgir anécdotas sobre partidos entre la Celeste y Colombia y partidos entre clubes como Nacional, Peñarol, Defensor Sporting, que hace unos años le ganó al Atlético Nacional en el Girardot. Jugadores charrúas que militaron en el fútbol de Juan Valdez y un sinnúmero de historias.
-La verdad es que uno de mis sueños es trabajar en el fútbol uruguayo. Me encantaría vivir en carne propia la formación de futbolistas allí. Es una de mis metas-
El «Profe» nos remarca «la garra» de los futbolistas orientales y la «calidad» de éstos a quienes considera jugadores de «élite».
-Mi ídolo es (Diego) Forlán, pero también me encanta (Diego) Godín- remarcó.
Respecto a los futbolistas celestes que han pasado por su amor América, resaltó Alexis Viera, arquero que fue baleado en su columna vertebral durante una salidera de un cajero automático, a quien considera «un ejemplo» y todo un emblema de la garra charrúa porque «nunca se ha dejado vencer».
@lostribuneros