El Mundial se acerca y siguen los problemas en la terminación de los estadios y en el césped de los mismos.
Ahora, el estadio de la final, el mítico Maracaná le costó 600 millones de dólares al estado brasileño para su reconstrucción de cara al Mundial 2014, pero no todo es color de rosas, ya que el césped está en mal estado y en solo 20 días tendrán que ponerlo bien.
El «Maraca» no resistió tanto ajetreo desde que fue reinaugurado, a tal punto que la FIFA exigió que se jueguen menos partidos, y las consecuencias están a la vista: el pasto está mal.
A simple vista y desde las tribunas se ve un campo que parece un billar pero quienes tienen que correr dentro de él pagan las consecuencias; el sector derecho y las áreas se encuentran en mal estado.
Se acercan los partidos del campeonato regional, llamado «Campeonato Carioca», pasada la segunda quincena de enero y una seguidilla de partidos espera.
Los brasileños son impiadosos con este «coloso», además, la empresa encargada de la concesión no quiere perder, por eso, que lo alquila a los poderosos equipos de Río.
@lostribuneros