La eliminación en la semifinal ante Estudiantes desnudó la fibra más íntima del DT de Gimnasia. Fernando Zaniratto, al borde del colapso emocional, tuvo que ser consolado por su familia tras perder la «chance inmejorable» en el Bosque. Un trago amargo.
El dolor de la derrota 1-0 ante Estudiantes por la semifinal del Clausura 2025 se corporizó en el rostro de Fernando Zaniratto. El director técnico de Gimnasia no pudo contener las lágrimas en la conferencia de prensa posterior al partido, un quiebre emocional que reflejó el impacto de la caída ante el rival de toda la vida y la frustración por dejar pasar una “chance inmejorable” de meterse en la final.
El DT, visiblemente afectado al salir del Juan Carmelo Zerillo, recibió el apoyo incondicional de su familia, quienes tuvieron que consolarlo tras el golpe. Más allá del evidente sufrimiento, Zaniratto intentó ser pragmático sobre el balance general del equipo, que venía de un momento muy complicado: “Hace un mes estábamos muy mal y terminamos jugando una semifinal. No puedo ocultar el dolor que genera perder una semifinal”, declaró.
Analizando el juego, el entrenador tripero fue certero al señalar la poca diferencia real entre ambos equipos en un partido “parejo y trabado”. Lamentó que el gol de Tiago Palacios se haya dado tras un error puntual de Renzo Giampaoli, lo que terminó siendo determinante en el marcador, sumado a la falta de situaciones claras ofensivas que no supieron generar. “La diferencia estuvo en el gol, fue un partido durísimo donde ninguno tuvo muchas situaciones claras”, agregó.
La herida del clásico se sintió hasta la médula, pero Zaniratto prometió hacer una autocrítica constructiva «puertas adentro». El futuro inmediato pasa por aprender y capitalizar la levantada del último tiempo. “Se construye con lo positivo que hicimos. Hicimos todo lo posible, nos dio hasta acá”, cerró el DT, dejando el mensaje de que, pese al cachetazo, el Lobo encontró una base para seguir adelante.
Tribunero.com Portal futbolero








