Hasta pocos años atrás, la selección de Indonesia era algo así como la cenicienta en Asia, pequeña frente a los poderosos del continente. Pero desde hace tiempo, con la llegada del surcoreano Shin Tae-Young de entrenador, el panorama cambió mucho para el rojiblanco del sudeste, que de quedarse en torneos regionales pasó a competir y complicar la vida a gente como Corea del Sur, Australia o Arabia Saudita.
Hasta ese 20, el nombre de Indonesia aparecía o por desastres naturales o por líos internos que derivaron en aquella suspensión de la FIFA. A nivel mayor había jugado algunas Copas de Asia, como la que hospedó en 2007, sin éxito. Y en juveniles sólo estuvo en el Mundial de Japón en 1979 por abandono de otros rivales, pero apenas pudo hacer fue barrido por la Argentina de Maradona, Polonia y Yugoslavia. Desde la era Young, arribó a los octavos de final de la Copa Asiática de 2023, organizó e hizo buen papel en el Mundial Sub 17 ese año, fue semifinalista del Sub 23 regional para los Juegos Olímpicos y casi llega a ellos al caer 0-1 con Guinea en el repechaje. Y por estos días, le pelea a los poderosos del Grupo C rumbo a la Copa del Mundo 2026: igualó a Australia y Bahrein y derrotó en la fecha reciente a Arabia Saudita, colocándose con 6 puntos entre los cuatro escoltas de Japón.
De repente, nombres como Rido, Ferdínan o Struick surgieron con fuerza entre los mejores de la zona, y en breve este grupo es serio candidato a ganar su primer Campeonato de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste), la que llegó seis veces a subcampeón, pero no conquistó. Es que ahora, Indonesia sueña con un futuro en serio. Y lo puede concretar.
Diego Martín Yamus.
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