El fútbol argentino y mundial se viste de luto. Con profundo dolor y unánime respeto, despedimos a Miguel Ángel Russo, el legendario entrenador cuya partida, ocurrida el martes 7 de octubre de 2025 a los 69 años en su hogar de la Capital Federal, deja un vacío imborrable. Russo, actual técnico de Boca Juniors, cerró su glorioso ciclo tras una larga y valiente lucha contra el cáncer de vejiga y próstata, una batalla que enfrentó con la misma entereza y profesionalismo que siempre demostró en los campos de juego.
Un Ejemplo de Resiliencia Hasta el Final
El fallecimiento de Russo se produjo en el contexto de una internación domiciliaria, rodeado de su familia, su mayor sostén. Su salud había sufrido un deterioro progresivo desde septiembre, forzándolo a tomar una licencia médica que lo apartó de la dirección técnica tras el partido contra Central Córdoba del 21 de septiembre.
Pero la historia de Miguel Ángel Russo es, ante todo, un testimonio de resiliencia. A lo largo de su tratamiento, demostró una fortaleza asombrosa, negándose a permitir que la enfermedad lo definiera o lo detuviera. Se mantuvo activo, trabajando y dirigiendo incluso durante las sesiones de quimioterapia. Como él mismo expresó, “el fútbol me ayudó a no pensar en el cáncer” y dirigir lo fortalecía emocionalmente.
Su actitud positiva, su serenidad para aceptar los tratamientos, y su inquebrantable sentido del humor ante la adversidad, lo convirtieron en un faro. Incluso se apoyó en conversaciones con figuras que transitaban un camino similar, como Joan Manuel Serrat, para encontrar nuevas perspectivas. Un ejemplo de esta dedicación fue su etapa en Millonarios de Colombia, donde, a días de una quimioterapia, se consagró campeón, dejando una huella de compromiso que trasciende lo deportivo.
El Caballero de los Ascensos y las Conquistas Eternas
La trayectoria de Miguel Ángel Russo como figura del fútbol es monumental. Como futbolista, fue un ícono de Estudiantes de La Plata, disputando 435 partidos entre 1975 y 1988, considerado un hijo pródigo y gloria de la institución.
Sin embargo, fue en el banco donde forjó un legado de 11 títulos oficiales y más de 970 partidos dirigidos, ubicándose entre los entrenadores más exitosos y respetados de Argentina.
Su capacidad para revitalizar equipos fue legendaria. Logró tres ascensos históricos a Primera División, devolviendo a la élite a:
- Lanús (1991-92)
- Estudiantes de La Plata (1994-95)
- Rosario Central (2012-13)
A nivel de títulos, su palmarés brilló en múltiples latitudes:
- Copa Libertadores 2007 con Boca Juniors, una conquista memorable.
- Torneo Clausura 2005 con Vélez Sarsfield.
- Superliga 2019-20, la Copa de la Liga Profesional 2020 y la Copa Diego Maradona en su segundo y exitoso ciclo en Boca Juniors.
- Torneo Finalización 2017 y Superliga Colombiana 2018 con Millonarios, marcando una etapa dorada en el club colombiano.
Russo no solo acumuló trofeos, sino que se ganó el aprecio de hinchas de Boca, Estudiantes, Lanús, Rosario Central y Vélez, además de dejar su marca en ligas de España, Colombia, Perú, y Arabia Saudita, entre otras.
Conmoción y Respeto Unánime
La noticia de su partida generó una conmoción unánime en todo el mapa futbolístico, trascendiendo las rivalidades clásicas. Los homenajes y mensajes sentidos inundaron las redes sociales y los comunicados oficiales:
- Boca Juniors despidió a quien dejó una «huella imborrable» y un ejemplo de esfuerzo.
- Rosario Central lo recordó como «un Guerrero de la Vida y de Central».
- Estudiantes de La Plata lamentó la pérdida de su «gloria futbolística».
- Incluso el eterno rival, River Plate, expresó sus sinceras condolencias, destacando su trayectoria.
- AFA y Conmebol emitieron mensajes oficiales, con sus presidentes destacando a Russo como «un ejemplo de vida, de lucha y de amor por el fútbol».
Un emotivo minuto de silencio en la práctica de la Selección Argentina en Miami fue uno de los tributos más significativos, reflejando el respeto de la máxima representación nacional.
Miguel Ángel Russo se despide dejando una cifra impresionante de más de 400 victorias, pero sobre todo, el recuerdo de un liderazgo íntegro, un carisma humano y un profesionalismo inquebrantable. Su legado no se medirá solo por los títulos, sino por la actitud con la que enfrentó la vida y el fútbol: con pasión, respeto y una sonrisa. Descanse en paz, Maestro.