Las futbolistas del ascenso estallaron tras el trágico fallecimiento de Juliana Gómez, futbolista de Argentino de Merlo, que perdió la vida cuando retornaban desde Rafela (560 kilómetros de Merlo) tras haber jugado por la Primera C al ser transportada en un auto particular en lugar de un ómnibus.
Dicha muerte destapó cientos de irregularidades y precariedades por las cuales padecen en su mayoría las futbolistas de ascenso, muchas veces producto de negligencias por falta de interés de los dirigentes.
Este hecho produjo que las futbolistas, en su mayoría de ascenso con el apoyo de un puñadito de jugadoras de Primera, decidan realizar una asamblea el próximo martes frente al Congreso para luego leer un «comunicado oficial».
AFA organiza torneos atados con alambre, es decir, agrega cupos a clubes del interior a jugar en el ascenso y no aporta soluciones al tema de transporte y estadía, debiendo las propias jugadoras, cuerpos técnicos y allegados realizar colectas para poder pagar el ómnibus que muchas veces no es el apropiado para viajar.
El colmo lo tuvo Argentino de Merlo porque decidieron viajar en autos, uno de ellos conducido por un funcionario de 75 años que producto del cansancio y estrés perdió el control del rodado provocando el desenlace que terminó con la vida de la lateral izquierda de 20 años de edad.
Las futbolistas piden igualdad de condiciones básicas para la práctica de este deporte, además exigen ser esuchadas por las autoridades de altas esferas de AFA.
La precariedad que viven es real más allá de los malabarismos que hacen los clubes menores para sobrevivir. Campos de juego en estados lamentables. Árbitros que deben suspender partidos porque muchas veces los baños no tienen agua. Dirigentes que no tienen capacidad para estar en el cargo que ostentan por mala preparación, en otros casos, la mala predisposición rayana a la falta de respecto hacia el género femenino es una barrera.
Muchas veces las futbolistas deben viajar toda la noche y jugar los partidos mal dormidas o prácticamente sin dormir porque el dinero alcanza muchas veces para ómnibus ‘convencionales’ y no cama o semicama. Impensada la idea de parar en hotel o algún tipo de hospedaje para jugar descansadas.
Las jugadoras se autoconvocaron porque Agremiados no las ampara por ser amateurs y otros lugares de ayuda a futbolistas como AFFAR (Asociación Femenina de Fútbol Femenino) que pregona a los cuatro vientos ‘igualdad’ y ‘derechos’ para las futbolistas parece no haberse enterado de este suceso de público conocimiento que atravesó las froteras del fútbol.