En los primeros 40 segundos de la final del Mundial de Clubes, Julián Álvarez, jugador argentino del Manchester City, sorprendió al mundo del fútbol con una anotación única. En un movimiento impresionante, utilizó su pecho para abrir el marcador contra el Fluminense, marcando un récord mundial en el deporte rey.
Este talentoso futbolista, quien ya ostenta el título de Campeón del Mundo con Argentina, demostró su destreza y astucia al estar atento a la jugada tras un potente disparo que el arquero del Fluzao no logró contener, dejando un valioso rebote en el área. Fue en ese momento que Álvarez, con una rapidez asombrosa, utilizó su pecho como recurso inesperado y efectivo para definir el gol, demostrando una habilidad y precisión excepcionales al adaptarse al ritmo vertiginoso del juego.
El ex jugador de River Plate dejó boquiabiertos a los espectadores y aficionados al fútbol en todo el mundo, mostrando cómo la inventiva y la rapidez mental pueden marcar la diferencia en el terreno de juego. Esta hazaña, que quedará grabada en la historia del fútbol, posiciona a Julián Álvarez como un referente de creatividad y talento en el deporte más popular del mundo.