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33 años pasaron de ese histórico partido; Peñarol con ocho hombres en la cancha se llevó una tan increíble como impensada victoria sobre Nacional, en el famoso clásico más viejo de las américas. El «Maestro» Tabárez era el técnico de ese memorable equipo.
Sin dudas fue uno de los más emocionantes partidos de la historia clásica uruguaya. Nacional y Peñarol medían fuerzas en el estadio Centenario un 23 de abril de 1987 por un torneo internacional amistoso donde participaba el Betis de España.
Ambos equipos eran muy parejos y vaticinar un resultado de antemano resultaba difícil. Nacional venía de perder la final del Uruguayo 1986 tres meses atrás, por penales, ante Peñarol. Tenía la sangre en el ojo.
Aquella noche de jueves, como hoy, pero algo más de tres décadas después, la pelota se ponía en juego y era Peñarol el encargado de romper el cero en el minuto 34 gracias al «Zurdo» Viera. Los «Bolsos» no se quedaron atrás y lograron equilibrar la balanza en el cuarto minuto de la complementaria por medio del «Bocha» Cardacio.
Todo se puso color de rosas para Nacional. El «Zurdo» Viera dejó al Manya con diez en la cancha en el minuto 68 por una terrible plancha. Acto seguido el «Pepe» Herrera (que años después jugó en Newell’s) y el memorable «Chueco» Perdomo vieron la «colorada» y de un plumazo dejaban a Peñarol con ocho hombres. El referí de ese momento era Juan Daniel Cardellino.
Con tres hombres más Nacional se hacía la fiesta y el «ole, ole» de las tribunas bajaba al campo de juego. El «Maestro» Oscar Tabárez metió mano en su equipo, pero en vez de atrincherar atrás a su equipo, tratando de que la masacre tenga consecuencias lo menos devastadoras posibles, hizo todo lo contrario; el «Coquito» Rodríguez y el «Pollo» Vidal (jugó en Independiente por 1992), dupla atacante, fueron reemplazados por Diego Aguirre (ex técnico de San Lorenzo) que era «9» y el punta izquierda Jorge Cabrera.
El temple de los ferroviarios era tremendo. Capitaneados por el arquero Eduardo Pereyra (ex Independiente), resistían atrás y no perdían el estilo. Alfonso Domínguez (tuvo un fugaz pasaje por River) desde su lateral izquierdo generó un contragolpe tan letal que Diego Aguirre, «La Fiera» era apodado, contró el balón y se lo puso magistralmente a Jorge Cabrera que a todo vapor dejó sin asunto al arquero tricolor Gualberto Velichco.
Una mitad del Centenario se tiñó de vergüenza, mientras que la otra mitad era júbilo, nada menos.
Cardellino pitó el final y los diarios, radio y televisión de la época tuvieron material de sobra. El viernes la humillación clásica fue el comentario en cada rincón del vecino país.
Ese Peñarol, seis meses después rompía todas las apuestas porque con un equipo Sub 23 lograba quedarse con el título de la Copa Libertadores de América. Entre ellos victimiza a Independiente con un 2-4 en Avellaneda y al América de Cali en la final con gol a falta de dos segundos para el final de la prórroga.
Peñarol 2:
Eduardo Pereyra, José Herrera, Jorge Gonçalvez, Obdulio Trasante, Alfonso Domínguez, Gustavo Matosas, José Batlle Perdomo, Eduardo Da Silva, Ricardo Viera, Daniel Vidal (65’ Jorge Cabrera) y Daniel “Coquito” Rodríguez (65’ Diego Aguirre).
Nacional 1:
Gualberto Velichio, Pedro Barrios, Rafael Villazán, Tony Gómez, Jorge Cardaccio, Juan Jacinto Rodríguez, Carlos Aguilera, Héctor Morán (78’ T. Silva), Didí, Yubert Lemos (61’ Beninca) y Sergio Olivera (86’ Ernesto Vargas).
Goles: 33’ R. Viera (P), 49’ J. Cardaccio (N), 83’ J. Cabrera (P)
Expulsados: 68’ Viera (P), 68’ Herrera (P), 68’ Perdomo
«ERAN DOS CONTRA UN MONTÓN», dijo emocionado el relator:
@lostribuneros
