En nuestras oficinas «tribuneras» hubo un fenómeno que nos asombró mucho; el fanatismo de los uruguayos por el fútbol y la gran rivalidad entre Peñarol y Nacional de Montevideo. Uruguay nos significaba el 3% de nuestra audiencia pero la gran figuración del equipo mirasol en la Copa Libertadores 2011, donde terminó siendo subcampeón, aumentó drásticamente al 38% y de ahí hubo una serie de sondeos para ver quién tiene más hinchada.
Nuestra gente de mercadotecnica o marketing, como le guste llamarlo, comenzó a estudiar a ver quien tiene mayor cantidad de adeptos, o más bien a qué público le llegamos mejor. Porque claro, no pretendemos parcializarnos, ni nada de eso, asique a uno de nuestros compañeros se le ocurrió una idea que ardió como fuego en madera seca: motoqueros envueltos en banderas partidarias.
Marcelinho, nuestro compañero brasileño aunque más uruguayo que Aracalacana, afirmaba que en Buenos Aires, además de él, existen al menos dos hinchas de El Tanque Sisley y de ahí la idea (por cierto no encontramos ni uno).
Por eso, reunimos 4 motoqueros envueltos en las banderas de Nacional y Peñarol salieron a dar vueltas por las calles porteñas tocando bocina con la idea de escuchar cuantos «vamo arriba el bolso o vamo arriba el manya» recolectaban, y cada cierto tiempo, celular mediante, nos avisaban cuantos «vamo arriba, aguante o insultos cosecharían» y así fue.
Ellos salieron el pasado viernes por las soleadas calles porteñas a dar vueltas, unos fueron por Independencia/Alberdi, otros por Corrientes, 9 de julio, Rivadavia, Plaza Italia y más puntos transitados de Buenos Aires.
Al oír el bochinche, mucha gente no entendía nada y el pobre de Peñarol cuando anduvo por la zona de Flores se llevó algún «Almirante vigilante, ortiba», ya que confundieron al carbonero con el equipo de Isidro Casanova.
El de Nacional se llevó también lo suyo, ya que fue parado por la policía, quien le pidió la documentación, que por cierto estaba en regla, la cuestión es que nuestro motoquero es porteño ¿cómo zafó? fue sencillo, el muchacho dijo que su padre es uruguayo que le inculcó los colores del bolsilludo desde pequeño, además para justificar su supuesto estado emotivo le dijo «Hoy jugamos por la Libertadores»… (se confundió feo) pero el policía no la tenía clara con el calendario de la Conmebol, lo saludó y le deseó suerte.
Uno de Peñarol también corrió la suerte de su compañero, solo que la policía le preguntó contra quien jugaban pero este respondió bien aunque a los hombres de azul no les conformó mucho; el manya dijo «acabamos de contratar a Riquelme» y el uniformado lo miró con una sonrisa irónica y le retrucó «pobre de ustedes, ojalá este feliz»…
Yendo al partido clásico jugado por las calles porteñas les afirmamos que nuestros muchachos encontraron de todo y que el ganador fue Peñarol.
La mayor cantidad de gritos desde los colectivos, taxis, locales y peatones la llevó el elenco aurinegro con 21 sobre 14 de su tradicional adversario.
Pero también hubo otros partidos, por ejemplo Rampla le ganó 4-3 a Cerro, luego de ir perdiendo 2-o, un barrendero puso el 2-2 y un vedulero el definitivo 4-3 para la victoria picapiedra.
De los taxis salieron muchos «sacate eso ridículo» o «vamo arriba…». Por ejemplo, nos sorprendió un colectivero que gritó «ridículo, aguate Villa Teresa, lo más grande que hay».
Nos asombraron hinchas de Wanderers (tachero), un encargado fanático de Liverpool (gritó «aguante la cuchilla») y le pudimos traducir al motoquero de qué equipo es este señor, Central Español y Bella Vista.
Danubio cosechó dos seguidores, por ejemplo, y hasta Defensor Sporting tuvo su adepto.
El fútbol despierta pasiones y a las rivalidades le ponemos onda. Ya vamos a inventar alguna otra pero que sea diversión sana, como lo fue el pasado viernes, ya que el público uruguayo hasta ahora tiene muchos y muy buenos códigos.
@lostribuneros