Marcelo Bielsa ha vuelto a demostrar que su método está por encima de cualquier contrato… o de las finanzas de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). El «Loco», en su infinita sabiduría, decidió convertir los amistosos de octubre 2025 en Asia en un laboratorio personal, dejando en casa a las figuras que el contrato obligaba a llevar. El resultado: una multa de $180.000.
La excusa es brillante y la conocemos bien: la «renovación generacional». ¿Para qué llevar a Valverde, Bentancur o Darwin Núñez a Malasia y Uzbekistán si podemos dar minutos a 17 desconocidos y 12 sparrings juveniles? Total, el desarrollo del fútbol uruguayo a largo plazo es innegociable, incluso si el precio es que la AUF tenga que pagar una fianza por el derecho a experimentar.
Un Lujo que Sale del Bolsillo Ajeno
El contrato para esta gira asiática era claro: si no van las estrellas, hay penalización. Pero para Bielsa, las cláusulas son meras sugerencias si interfieren con su plan táctico. El costo de este capricho deportivo es de $180.000, una cifra que para la AUF no es un vuelto.
Este monto es tan relevante que equivale a dos meses de salario del cuerpo técnico principal (léase: la parte más cara de la operación) o supera el presupuesto anual de varios clubes de ascenso que apenas subsisten. Es decir, mientras Bielsa prueba «variantes», el fútbol juvenil, la logística y la infraestructura de los clubes menores se quedan sin su parte de la torta.
La AUF a Pagar los Platos Rotos
Ahora, la directiva de la AUF se encuentra en una situación admirable: deben justificar ante los socios que una decisión técnica —que ya sabían que traería consecuencias— es más importante que su estabilidad financiera.
Las medidas para cubrir el agujero son, como siempre, ingeniosas:
- Recortes de baja estofa: Se reasignarán fondos, lo que en lenguaje simple significa que se pospondrán o se anularán proyectos menores de desarrollo. Los jóvenes talentos tendrán que esperar porque el entrenador decidió que otros tenían que jugar.
- Mendigar la reducción: Se intentará presentar «justificaciones médicas o administrativas» a los organizadores, esperando que estos se apiaden y reduzcan la multa. Un digno espectáculo de diplomacia deportiva.
En resumen, la máxima figura del fútbol uruguayo se mantiene fiel a su dogma inquebrantable, y el resto de la estructura federativa paga el precio de su genialidad. Es el costo de tener un «Loco» al mando: el espectáculo está garantizado, pero la cuenta siempre llega.
¿Será esta multa un simple costo operativo de tener a Bielsa, o una señal de que la AUF debería empezar a ponerle límites a la libertad creativa?