Tostado camita solar, mucha pintita pero de cerebro cero; Gustavo López sacó costado nefasto y descalificó a las mujeres periodistas. Llegó gracias a la palanca de Marcelo Araújo y de un Fernando Niembro que estuvo involucrado a casos de corrupción vinculados a Mauricio Macri, presidente argentino.
Por Marina Buur
San Pablo, Brasil.
Nunca jugó al fútbol como la mayoría de los periodistas deportivos, salvo excepciones, pero porque juega picados con sus amigos habla con una propiedad que cualquiera puede pensar que ese hombre es Maradona o Messi, olvidando que se trata, lisa y llanamente, de un comunicador.
Gustavo López, el cancherito de la cámara, el camita solar que a sus 50 se quiere ver como de 25 años, que se la cree porque trabaja en grandes cadenas y gana mucho dinero, ahora, se da el permiso de chicanear a las mujeres periodistas.
Llegó al periodismo deportivo gracias a la palanca de Marcelo Araújo y el nefasto Fernando Niembro, dueños de la escuela donde estudiaba. Pobre no era, como quiso venderse, tratando de dar el perfil de que trabajaba en una panadería de Lanús, sino que era el dueño (heredero) y que bajo su mando tenía a más de 20 operarios.
Nunca jugó al fútbol, pero, desde el pedestal donde está parado tiene la osadía de pegar bajo a las mujeres que se dedican al periodismo deportivo, especialmente, futbolero.
«Yo creo que hay algunas buenas. Ángela Lerena, por ejemplo, en campo de juego es tan buena como muchos chicos», arrancó ninguneando a un ícono de las comunicaciones argentina. «Es profesional, sabe de lo que habla. Ahora, si quiere comentar un partido, me parece que aún le faltaría. No es una cuestión de género, es una cuestión de capacidad», dijo.
Luego, en la nota realizada por La Nación, López indicó que en su equipo no tiene mujeres «pero si escuchara que alguna de ellas se destaca, la tendría».
Chicaneó a Luciana Rubinska, mujer preparada si las hay, al decir que «ella me hablaba mucho de táctica, de cómo iba a jugar River y lo hacía bien», y remató «con el tiempo lo va a hacer mejor».
Muy duro con las mujeres pero a la hora de encarar la críticas a los hombres, ahí demostró que es un pollito mojado. Agachó la cabeza cuando le preguntaron ¿Y qué pensás de los que llegan si haber estudiado?, porque la pregunta era alusiva a su desplazamiento como comentarista por Diego Latorre, ex jugador de Boca Juniors (entre otros) y lo simplificó a un «son las reglas del juego y hay que aceptarlas».
También contó que les tiró una indirecta por Twitter a unos colegas que no estaban pegando una (no dio nombres) y dijo que como «les dolió» lo apuraron y «les pedí disculpas».
Su programa no figura entre los ternados al premio «Martín Fierro de la Radio», ni siquiera él por labor individual, entonces, ¿qué dijo?, la típica que APTRA «es muy poco serio».
@lostribuneros