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Por fin una buena para el fútbol de Brasil. La gente tras el Mundial de Rusia se entusiasmó y decidió volver a las canchas. Están superando al promedio de 1987 y sueñan con romper el récord de espectadores en los estadios establecido en 1983.
Por Marina Buur
El «País do Futebol» es considerado Brasil, aunque hay mucho mito. Dicen ser los más fanáticos del mundo pero son capaces de dejar colgado a su equipo con tal de ver la «novela de las ocho» (novela das oito), además, la desorganización, la violencia, y precios excesivos conspiraron contra la ida de los aficionados a los diferentes recintos.
En esta temporada 2018 el promedio es de 18.045 aficionados en las graderías. Superando así un récord de 2009 y quedando al borde de romper el de 1987. En 1983 los partidos promediaron 22.593 aficionados en los estadios.
Salvaban las papas los Gre-Nal (Gremio – Internacional); Fla-Flu (Flamengo-Fluminense); Ba-Vi (Bahía-Vitoria); Palmeiras-Corinthians o el cruce de ambos con Sâo Paulo, y el clásico Mineiro entre Atlético y Cruzeiro, como para mejorar los números, pero el resto de los encuentros entre clubes de menor arrastre no llevaban a casi nadie.
El promedio en 2017 fue bajo. Los precios de las entradas eran abusivos, pero hubo un cambio de táctica.
La Copa Uniâo, de 1987, tuvo un promedio de 20.877 aficionados, que bien podrían ser superados en esta temporada dada la competitividad que hay en los primeros puestos, la lucha por lugar en torneos continentales y una zona de descenso que obliga a los «torcedores» a copar las graderías.
Fuente: Globo Esporte
@lostribuneros
