España venció por 2-1 en su visita a Puerto Rico con tantos de Cazorla y Fábregas. El partido se jugó en el estadio Juan Ramón Loubriel de Bayamón, ante 7.500 aficionados, en partido amistoso «fecha FIFA» (Foto: Zimbio.com)
AS.com:: El ‘bolo’ veraniego de Puerto Rico no pasará a la historia por su belleza o por su resultado. Si acaso por un botín que obtendrá España, dos millones de euros, cuyo fin no justifica los medios. A fin de cuentas, el único que ha ganado de verdad con este encuentro fue Villar y sus secuaces en su ya conocido afán de recaudar paseando por el mundo a sus niños prodigio. Jugar en un hábitat tan poco motivador debe ser complicado para cualquier profesional. Imagínense si hablamos de tricampeones. No por el rival, respetable pero flojo hasta aborrecer. Cruzar el charco para correr a la hora de la siesta, con 35 grados y un 75% de humedad, ver cómo el encuentro empieza quince minutos tarde por una organización de barrio y, para colmo, tener que soportar más de una patada a destiempo en un césped postizo y peligroso, invitaba a esconder el pie. E incluso, sería justificable, a simular una jaqueca y correr el turno. El debut liguero asoma.
Y nada de eso ocurrió. Estos internacionales se olvidan de todo cuando ven un balón correr.Salvan el culo a su presidente. Ninguna de estas estrellas quiere desperdiciar ni un solo minuto de sus carreras y ello maquilla muchas torpezas. Sobre todo cuando sonríen juntas cada cierto tiempo. Por eso la Roja dio una imagen estupenda en el primer tiempo y, a pesar de desfallecer después, no se conformó con ganar. Siempre buscó golear, gustar, fidelizar. Lo de siempre.
Vaya por delante, para la tranquilidad general, quesólo los atléticos tienen un motivo para la preocupación. Juanfran fue el único lesionado y peligra su concurso en Liga y, lo peor de todo, en la Supercopa de Europa. Madridistas y culés, respiren tranquilos. Del Bosque dosificó a sus jugadores con más mimo del que tuvieron otros seleccionadores en la extensa jornada internacional del miércoles. De Arbeloa tiró por el agujero en el lateral derecho. A Ramos y Piqué los alternó. Un tiempo para cada uno. Como a Xabi y Busquets. A Albiol le dio el partido enteró para que se rodara. Éste está cansado de descansar. Igual hizo con Cesc, falto de rodaje. A Iniesta lo sustituyó iniciada la segunda parte. Y a Valdés y Pedro los reservó para el fin de semana. Casillas salió 20 minutos. Pocos pueden quejarse. Y si lo hacen serán ingleses. Reina, Cazorla y Torres sudaron de lo lindo.
Grandes novedades en el once
Ésa era la gran preocupación general. Las rotaciones. Pero no la única. Los partidos recaudatorios no se le han dado bien a España desde que es campeón. Argentina (4-1), Portugal (4-0), Italia (2-1), Inglaterra (1-0) y Costa Rica (2-2) pasaron por encima con estrépito otras noches aprovechando las agujetas que prosiguen al asueto. Esta vez Puerto Rico amenazó en la segunda mitad con una revolución repleta de fe. Del Bosque intentó mantener la mentalidad ganadora por encima de cualquier otra virtud. Se levantó más de su banquillo en toda la Eurocopa. Metió en su once a cuatro finalistas el 1 de julio contra Italia y lo aderezó con la extramotivación de Reina, Juanfran y Albiol (tres de los cuatro que no se estrenaron en la última conquista) y Monreal, más la velocidad de Navas y el empeño de Torres. Llorente tuvo que esperar. Otra vez.
El inventó del seleccionador, que igualó a Clemente en internacionalidades (62), funcionó de salida y se gripó según avanzaba el partido y crecían las precauciones. España pudo golear en la primera media hora y si no encontró su objetivo fue por Gaudette, el portero local, y por los disparos al aluminio, lo que antaño era madera. Piqué disparó primero al palo. Torres tuvo otra gran oportunidad con la cabeza. Alonso probaba de lejos mientras Navas e Iniesta desbordaban por las bandas. Nada de nada. Puerto Rico defendía atrás, por acumulación (todos menos uno) y el gol no llegaba. Hasta que Cazorla abrió la lata con una de sus balas puntiagudas. El 0-1 era justo y corto. España había logrado transformar la euforia puertorriqueña en desesperación por perseguir, sin éxito, sombras. Cesc aprovechó la depresión y sentenció antes del refresco. Su volea se la debe a la caridad de Navas, un punzón en la derecha.
De más a mucho menos
Los cambios en España llegaron por obligación. Juanfran tuvo que dar el testigo a Arbeloa por un susto en la rodilla. La inclusión de Llorente tampoco podía esperar. Cualquiera le dejaba sin minutos tras la Eurocopa. Ramos, Busquets y Silva también participaron para dar relevo a Piqué, Xabi e Iniesta. Las modificaciones en la pizarra, necesarias en pretemporada, confundieron el camino. Se ralentizó aún más el juego y sólo se llegaba con balones directos o dardos alejados. Tras probar con un solo mediocentro al empezar, se pasó a jugar con dos delanteros centro y más tarde se ‘arriesgó’ con una defensa de tres. Mucho cambio. Mucho lío.
Puerto Rico encontró oxígeno en la falta de ritmo ‘cañí’ y por ahí se topó con una oportunidad inesperada. Gaudett sacó desde la portería, alejando el balón más que queriendo jugarlo. Su envió encontró la cabeza de un socio y la pasividad de la defensa española. Cintrón corrió en busca del cuero peinado y, dejando atrás a Ramos, batió por bajo a Reina. Fue un avisó que avivó de nuevo a España. La locura se desató en Puerto Rico con un resultado que no se vio más veces amenazado. Puede que fuera parte del contrato para hacer migas en un país amigo y asegurar una visita futura. Con Villar nunca se sabe.
Fuente: AS.com/Alfredo Matilla
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