Brasil vivió el segundo mayor papelón de su historia mundialista en 2014, luego de caer por 7-1 con Alemania. Los directivos tomaron medidas y el acceso a la concentración está totalmente restringido.
El clima mundialista había excedido al cuerpo técnico liderado por Luiz Felipe Scolari; la TV Globo montó, dentro de la concentración y detrás de un arco, un estudio y centro de cómputos, mientras que un equipo de periodistas montó guardia durante las 24 horas. La hinchada se agolpaba en torno al campo y hasta un grupo de 30 niños invadió el campo de juego para abrazar a los jugadores.
Dunga frenó todo eso y junto al coordinador Gilmar Rinaldi cercaron la zona de entrenamiento táctico y le pusieron restricciones a los medios de comunicación.
Brasil se prepara para la Copa América de Chile que comienza en breve y quiere dejar atrás el papelón del Mundial 2014.
@lostribuneros