En el partido de octavos de final de la Champions League entre Atlético de Madrid y Real Madrid, el penal ejecutado por Julián Álvarez fue anulado por el árbitro Szymon Marciniak tras revisión del VAR. La decisión se basó en la regla que prohíbe al ejecutor tocar la pelota dos veces antes de que otro jugador la juegue.
El argentino resbaló al impactar la pelota, lo que generó dudas sobre un posible doble toque. Los jugadores del Real Madrid reclamaron de inmediato, y tras revisar las imágenes, el árbitro determinó que el gol no era válido. La falta de tomas concluyentes avivó la controversia, ya que no se pudo ver con claridad si Álvarez realmente tocó dos veces la pelota.
Diego Simeone criticó la decisión en conferencia de prensa y desafió a los periodistas a decir si habían visto claramente la infracción. Nadie levantó la mano. La jugada reabre el debate sobre la aplicación del VAR y la necesidad de mejorar la tecnología para evitar fallos polémicos en momentos decisivos.