Nacional estaba por golear a Peñarol en el clásico más viejo del continente, pero cuando el legendario Álvaro Recoba iba a ejecutar la pena máxima, la hinchada del equipo mirasol comenzó a arrojar objetos al campo de juego. Finalmente, no goleó porque Migliore atajó, pero no hubo festejo. (Foto: @Subrayado)
Otra vez la hinchada de Peñarol protagoniza incidentes. En el pasado verano los inadaptados de siempre protagonizaron desmanes ante este mismo adversario, y ahora, en la final, repitieron el papelón.
La final que podría haber tenido a un Nacional dando la vuelta olímpica en buena ley, terminó con la policía enfrentándose con iracundos hinchas identificados con el club de mayor hinchada: Peñarol.
Acá en Argentina nos creemos los peores del mundo y nos avergonzamos con los desbandes protagonizados por las hinchadas, y en especial, durante el superclásico cuando barras de Boca le tiraron con gas pimienta a los jugadores de River. Uruguay parece seguir mismo rumbo, y parece que, al igual que aquí, los intereses económicos pueden mucho más que la integridad física de jugadores e hinchas.
Fede Angostini
@lostribuneros