El fútbol mundial tiene nuevo monarca: Ousmane Dembélé se quedó con el Balón de Oro 2025, el premio que lo consagra como el mejor futbolista del planeta. El extremo francés, tantas veces cuestionado por su irregularidad y sus lesiones en el pasado, alcanzó la cima tras una temporada inolvidable con el Paris Saint-Germain y la Selección de Francia.
Dembélé brilló como nunca: regates imposibles, asistencias quirúrgicas y goles decisivos lo pusieron en el centro de la escena. Su impacto fue tal que superó en la votación a figuras consagradas como Kylian Mbappé, Erling Haaland y Lionel Messi, demostrando que su fútbol eléctrico puede ser tan determinante como elegante.
En la ceremonia celebrada en París, el francés no ocultó su emoción: “Este premio es para mi familia, para todos los que confiaron en mí cuando muchos pensaban que no lo lograría. El Balón de Oro era un sueño de niño y hoy es realidad”, declaró con voz entrecortada.
Su coronación no es solo un triunfo personal, sino también un símbolo de resiliencia: de promesa intermitente a estrella consolidada, Dembélé rompió el molde y se adueñó del máximo galardón individual. Francia, cuna de cracks, suma así otro Balón de Oro a su vitrina histórica, y el PSG celebra que su figura más desequilibrante finalmente reciba el reconocimiento que merecía.
El Balón de Oro 2025 tiene dueño, y se llama Ousmane Dembélé: el jugador que transformó dudas en ovaciones y que, a partir de ahora, entra al Olimpo de los elegidos.