El Matador se presentó en La Fortaleza y, antes de dejar a Lanús con las manos vacías en el torneo local, lo honró con un pasillo sin chicanas por su reciente título en la Copa Sudamericana. El gesto, que la AFA sugirió pese al reciente escándalo, puso en caja las críticas previas del presidente granate.
El fútbol argentino, siempre tan dado a la polémica y al folklore malentendido, se encontró con una dosis de sensatez en el sur. Tigre visitó a Lanús por el Torneo Clausura 2025 y, antes de disputar el encuentro, se encargó de marcar la cancha: formó un pasillo de honor, de frente y con aplausos, para felicitar al equipo local por su reciente consagración en la Copa Sudamericana. El gesto no fue menor, dadas las recientes asperezas que generó el deslucido recibimiento de Estudiantes a Rosario Central.
La AFA, atenta al clima de tensión, había recomendado el protocolo de reconocimiento, aunque técnicamente no era obligatorio tratándose de un título de Conmebol. El contraste fue evidente y deliberado: a diferencia del polémico «pasillo de espaldas» que le valió un expediente de la AFA a Estudiantes por incumplir el protocolo de «juego limpio», el equipo de Victoria se comportó a la altura, evitando cualquier tipo de incidente o falta de respeto hacia el campeón.
Esta situación puso en el centro de la escena al presidente granate, Nicolás Russo, quien días atrás se había mostrado muy crítico con la actitud de los platenses. El dirigente había disparado: «A mí no me gustó» el pasillo de Estudiantes a Central, y había defendido la postura institucional de Lanús de siempre dar «un recibimiento adecuado con plaqueta a los campeones». El contraste entre la crítica y el posterior reconocimiento que su propio equipo recibió dejó a más de uno pensando en la ironía.
La jornada, sin embargo, no terminó con sonrisas para Lanús. El flamante campeón continental se vio superado en su propia casa y Tigre se impuso por 1-0. Con este resultado, el Matador logró su pasaje a los cuartos de final del torneo local, donde se enfrentará a Racing Club. Lanús, por su parte, deberá cambiar el chip rápidamente y concentrarse en rearmar el equipo tras la decepción en el Clausura para mantener el ritmo ganador que lo llevó a conquistar el continente.
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