Jorge «Toto» Da Silveira es uno de los grandes periodistas que ha dado Uruguay, de larga y brillante carrera. Ese trayecto lo llevó, como cualquiera que empieza a ser requerido por su calidad, a Mundiales y otros torneos de jerarquía. Tanto, que en abril de 1999 se fue a Nigeria a cubrir a la celeste Sub 20 de Pouso, Chevantón y Diego Forlán que sería protagonista del Mundial al arribar cuarto.
En el país del centro oeste de Africa la situación sanitaria y de estructura era pobre, y se dudó de la realización del certamen. Ya se le había quitado la sede en 1991 y 1995, pero la bondadosísima FIFA arregló todo con una caricia y le dio esta vez el gusto. Un gusto para la entidad, no para jugadores, delegaciones y prensa. Había que colocarse siete vacunas antes de viajar. Y Da Silveira tuvo su experiencia.
«Estábamos en Enugu, donde jugaba Uruguay, y nos teníamos que bañar. Abríamos la ducha y el agua salía un color beige (marrón clarito), por lo que debíamos esperar unos 20 minutos hasta que empezara a salir más pura y recién ahí bañarnos», contó «Toto» en una entrevista hace años con Radio Rivadavia de Buenos Aires.
Fue un loco viaje pero afortunado para Jorge y para Uruguay, que dejó afuera al Brasil de Ronaldinho en cuartos de final. Más afortunado que el pobre mediocampista Diego Péres, quien contrajo malaria y debió ser internado a la vuelta de la excursión. Los orientales no ganaron el título, pero sí a las adversidades. Como es su costumbre, aunque fuera la ducha y no un partido de fútbol.
Vea cómo Uruguay eliminó a Brasil:
Diego Martín Yamus.
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