El fútbol brasileño está pasando por mucho desequilibrio entre equipos del interior, especialmente, del estado del San Pablo. Guaraní y Ponte Preta, ambos de Campinas, son archirrivales que viven en diferentes mundos. El mal de uno podría llegar a ser placentero para el otro.
La hinchada del Guaraní cruza los dedos para que rival clásico baje a la Serie B, mientras que por otro lado respiran aliviados y festejan por no haber caído a la Serie C. Por eso, la gente del «Bugre» espera que sus adversarios desciendan para así tener clásico luego de varios años, por un torneo nacional.
Tras terminar empatados sin goles en el «Brinco de Ouro da Princesa» (Arito de Oro de la Princesa) con Luverdense, los parciales del equipo verde le gritaban a los Ponte Preta algo así como: «Olé olá, el clásico está por llegar».
Por otro lado el futuro de Ponte Preta, apodado la «Macaca» (mona) es oscuro, pero tiene chances de salvarse a falta de tres jornadas de la finalización, siempre y cuando el próximo lunes venza a domicilio a un Fluminense que pretende meterse en la Copa Sudamericana, caiga el Vitória, en Salvador, ante Cruzeiro.
Unos llaman, mientras que otros esquivan.
@lostribuneros