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Este pueblo argentino, mi pueblo argentino, es algo extraño, es del que se ufana del «folclore» que consiste en «gastar» al otro, pero, muchas veces cuando la revancha llega, no lo soportan.
Todo fue alegría en las calles de Río, Porto Alegre, San Pablo, Belo Horizonte, donde la hinchada argentina se dio el lujo de cantarles, en la cara y en su propia casa, a los brasileños «Maradona es más grande que Pelé».
Los brasileños nos decían «qué pasaría si nosotros vamos al obelisco y le hacemos lo mismo, al cantarles ‘maricones, Pelé ganó más que Maradona'». Eso tuvo una rápida respuesta: La Copa América 2011.
Para la final de la Copa América 2011 de Argentina a nuestro jefe se le ocurrió la loca idea de ir a un bar uruguayo, ubicado a pasitos del obelisco, para cubrir la final entre Uruguay y Paraguay.
La Celeste le ganó caminando a Paraguay y logró el título de campeón de América, por lo que con la banda tribunera completa, fuimos al Obelisco a sacar fotos y hacer notas. Ningún uruguayo cantó nada provocativo, sólo eran elogios a sus jugadores, pero de afuera, desde la 9 de Julio llovían los insultos y las provocaciones de la gente, que desde los autos gritaban las peores palabras.
Incluso la policía provocó también, pero al ver launa cámara de un colega que los comenzó a enfocar, cambiaron rápidamente de actitud.
El argentino tiene esas cosas, es gozador, delirante, pero cuando se los hacés a ellos, se arma.
Soy argentina.
Daniela Maruti
