Jugaban en Luzhniki la final del Mundial de Rusia los seleccionados de Croacia y Francia cuando un grupo compuesto por cuatro mujeres invadieron el campo de juego. Las damas en cuestión fueron identificadas con el grupo feminista Pussy Riot.
Una de las jóvenes, líder del grupo, recibirá 15 días en una cárcel especial y la prohibición por tres años de ingreso a acontecimientos deportivos.
Las militantes ingresaron a la cancha vestidas de policías británicos e, incluso, hasta pudieron saludar al pibe Mbappé, figura del Mundial.
Esto tomó trascendencia en el mundo entero, ya que miles de millones de espectadores estaban atentos al partido entre galos y balcánicos. Pussy Riot pidió por redes sociales la liberación de presos políticos y ponerle fin a los «arrestos ilegales durante protestas» y la democratización de la política en Rusia.
@lostribuneros