Sin hacer ruido, yendo de menos a más, adaptándose al nuevo entrenador y soportando a una prensa local que los puso contra la pared, el equipo trasandino se quedó con la Copa América una vez más.
Argentina lo tomó mal parado al equipo rojo y por el primer partido del torneo le ganó son problemas, pero se trataba de la zona de grupos, luego, cuando las papas quemaron los dirigidos por Pizzi reaccionaron y hasta sorprendieron, especialmente, cuando le hicieron siete goles a los mexicanos cuando ni el más fanático e iluso lo esperaba.
Chile no se agrandó ni vendió humo. Los futbolistas de la Roja prefirieron pasar inadvertidos y dedicarse a jugar al fútbol. En la final se plantaron y poco les importó que Argentina tenga a Messi, Di María, Higuaín, luego al «Kun» Agüero.
Fueron buenos en el juego colectivo, no tanto en lo individual, y supieron poner carácter cuando las cosa se puso espesa.
@lostribuneros