El “Torito” de Mataderos resistió apenas una temporada en Primera División; si bien se fue con la frente alta, deberán encarar la B Nacional. Deudas y una directiva contaminada por la corrupción.
Nueva Chicago tuvo una política basada en trabajar con jugadores del semillero sino recuerden a un Nahuelpan, estrella del Coritiba o un Martinuccio, amado en Peñarol, por citar dos casos nomás.
El club “fabricó” jugadores a partir del 2001, sin embargo está más pobre que nunca. Inoperancia pude ser una palabra adecuada a la que podemos agregarle otra: corrupción.
Ficharon jugadores que jamás fueron tenido en cuenta, también, llegaron jugadores que costaron un buen dinero de mantenimiento para calentar banco, con suerte, o simplemente, ni figurar en el plantel principal.
Además de no presentar un balance, ni siquiera cajas, desde hace 12 años, los muy “inteligentes” pagaron primero los premios, dejando para atrás los sueldos. Ah, cuando hablo de sueldos, me refiero a 6 meses de salario sin cobrar tanto por parte del plantel como del personal del club.
Una de las cosas más curiosas, fue que el misionero Ramón Lentini estableció una cláusula contractual dónde la institución debía pagarle 120.000 pesos anuales simplemente por “participar” de un partido, es decir, por “calentar banco”.
Fede Angostini
@lostribuneros