Al decir Camboya en fútbol, hay dos significados. Se podría referir a aquellos jugadores de San Lorenzo de 1988, que pasaban muchas penurias por la situación del club, como bañarse con agua fría, pero que luego ganaban partidos y torneos importantes. Pero la realidad es la existencia del deporte rey en el reino de Camboya, allá lejos en el sudeste de Asia. En el mismo lugar donde por décadas hubo guerras civiles, dictaduras, genocidio, refugiados, guerrillas. Sin embargo, la antigua república khmer ha sobrevivido, y aunque suene irreal, su fútbol sigue en pie su larga historia.
La Cambodia Football Federation se fundó en 1933, cuando el país aún era protectorado francés. Recién en los 50 empezó a competir: se afilió a la FIFA en 1954, y el 17 de marzo de 1956 la selección jugó su primer encuentro ante Malasia, una derrota 2-9 en Kuala Lumpur que lo dejó afuera de la primera Copa de Naciones de Asia en Hong Kong, en la que no volvió a participar hasta 1968. En ese lapso, sólo disputaba pequeños torneos regionales: los Sea Games, la Copa Merdeka, eventos en Vietnam e Indonesia y las tradicionales Copa Presidente y Kings Cup. Curiosamente, y aunque esto sucedía, en 1965 su capital Phnom Penh fue escenario de una definición para la Copa del Mundo, la de Inglaterra 1966, donde Corea del Norte venció 6-1 y 3-1 a Australia; luego, los norcoreanos darían la sorpresa eliminando a Italia y poniéndose 3-0 ante el poderoso Portugal de Eusebio, que finalmente los derrotó 5-3.
Pero “el elegante khmer”, tal el apodo del combinado, andaba por su zona en el anonimato. En 1966 consiguió su mayor goleada 8-0 sobre Yemen del Norte y en el 68 participó en su segunda eliminatoria de la Copa de Asia, , en Irán, cuando no se pudo clasificar. Pero en los 70 vivió hasta hoy sus únicos momentos importantes. 1972 fue su mejor año, cuando logró un histórico arribo al torneo continental en Tailandia, y tras una fabulosa goleada 4-0 a Kuwait, llegó a semifinales, donde cayó con el campeón Irán y luego con los tailandeses por penales para quedar cuarto. En 1973 Camboya entró a la final de la Copa Presidente, igualando con Birmania (actual Myanmar) 0-0 y compartiendo ambos el título, el único de la historia roja. Y en 1974 fue cuarto en las Copas Presidente y Kings. Pero el 20 de diciembre, En Bangkok, cuando perdió con Malasia 3-0 por el tercer puesto de la Kings, fue su último encuentro por dos décadas.
Mucho fuego corrió en ese oscurísimo tiempo del reino. Mientras la pelota rodaba en su suelo, con el campeonato local inaugurado en 1965, el país fue rehén de la Guerra de Vietnam, que enfrentó a Estados Unidos y Vietnam del Sur contra su vecino del Norte y el Vietcong. La contienda dio paso a la aparición del ejército khmer rojo, que bajo el mando de Pol Pot instaló una dictadura de lo más sangrienta, donde se cometieron crímenes de lesa humanidad que fueron conocidos como “genocidio camboyano”, en el cual la cuarta parte de la población fue exterminada o sufrió hambruna, epidemias y debió huir a otros países. La dictadura derivó en la invasión de la guerrilla de Vietnam en diciembre de 1978, que así tomó el control del territorio hasta 1991, en un nefasto período que dejó profundas huellas. Recién en octubre del 91, con el acuerdo de paz de las Naciones Unidas en París, el conflicto se terminó con un gobierno provisional de la ONU y las primeras elecciones tras muchos años. De más está decir que en todo ese interín era impensable hablar de fútbol, aunque la Liga local se siguió jugando.
Entonces fue recién en 1995 que Camboya retornó a la cancha, en los Sea Games, otra vez en Tailandia, allí donde logró aquella proeza de 1972. El forzoso intervalo por el fuego no fue en vano y el equipo vivió un desastre: en su primer partido cayó 0- 10 ante Indonesia, luego recibió 4 goles de Vietnam y 9 por Malasia y Tailandia. En 1996 disputó su primer campeonato de la ASEAN (Asociación de Naciones de Fútbol del sudeste asiático), conocida en ese momento como la Tiger Cup, en Singapur, perdiendo todo de nuevo, y en 1997 tomó parte por primera vez en una eliminatoria para un Mundial, el de Francia 98, donde logró al menos un buen 1-1 ante Indonesia, aunque perdió con éstos, Yemen y Uzbekistán y quedó último. En 2000 regresó a la eliminatoria para la Copa de Asia en Líbano y en 2001 a la del Mundial Corea-Japón, siempre marginado sin atenuantes. NO participó en la edición de China 2004 y tampoco para Alemania 2006, año en que disputó la primera edición de la AFC Challenge, un torneo menor para países emergentes, donde se quedó en la primera fase. El mismo resultado consiguió en las sucesivas previas de Asia y la Copa del Mundo, y no estuvo tampoco en el torneo de la ASEAN hasta noviembre de este año, cuando ganó el minitorneo que organizó en el Estadio Olímpico de Phnom Penh, el principal del país, frente a Brunei, Laos y Timor Oriental y se aseguró un lugar en el torneo que se jugará a fin de mes en Myanmar y Filipinas.
A todo esto, un crecimiento ha habido en su fútbol local a la par del de la nación. En 2005 se creó la Cambodia Premier League, conocida como Metfone C-League, sucesora de la antigua Liga comenzada en el 65, con 10 clubes y dos categorías. Y en 2007 apareció la Copa local, la Hun Sen, que lleva el nombre del actual primer ministro, en el poder desde 1997 por un golpe de Estado. El actual campeón es el Boeung Ket, pero es el Phnom Penh Crown, fusión de otros tres viejos equipos, el más ganador hasta aquí con seis títulos. Camboya, que ocupa según la última clasificación de la FIFA el puesto 180, ya fue eliminado de Rusia 2018 y sólo le queda el jugar la ASEAN venidera y la clasificación para la próxima Copa de Asia 2019. Pero después de todo lo vivido, tanta guerra, corrupción, dictadura, ya es un triunfo que el elegante khmer vuelva a lucirse en un campo de fútbol.
Diego Martín Yamus.
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