Finalmente se cambió el segundo rival de Argentina en sus dos primeros amistosos como tricampeón del mundo. Tras la presentación inicial ante Panamá el 23 de marzo en el estadio Monumental de Buenos Aires, Curazao será el exótico oponente el 28 en el Mario Kempes de Córdoba, reemplazando al original Surinam.
Si ya el surinamés era un equipo inferior, qué decir de la ex región de las Antillas Neerlandesas hasta 2010, cuando éstas se disolvieron y Curazao quedó como territorio constituyente de los Países Bajos. Afiliado a la FIFA con su actual status en 2011, ha conseguido algunos resultados sorpresivos como su clasificación en 2017 a la Copa de Oro de la CONCACAF, la confederación en que milita a pesar de ser parte de Sudamérica (se ubica a 50 kilómetros al noroeste de Venezuela). En este momento ocupa el puesto 86 en el ranquin FIFA y fue eliminado ante Honduras y Canadá de la división A de la segunda Liga de las Naciones del área, descendiendo a la Liga B; aún así disputará la repesca para la próxima Copa de Oro. De más está decir que nunca se enfrentó a la albiceleste, ni siquiera como parte de las Antillas.
Igualmente, Curazao será otro adversario raro y poco adecuado para la rica historia de Argentina, además con su condición de campeón mundial. Estos rivales extravagantes parecen ser ya costumbre en el calendario de la Selección: Estonia, Jamaica, Irak, Nicaragua y otros, algo para revisar. Porque se trata del mejor del mundo.
Diego Martín Yamus.
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