Buenos Aires, Argentina. Los graves incidentes entre hinchas de Independiente y Universidad de Chile en Avellaneda han tomado un giro diplomático. El presidente chileno, Gabriel Boric, intervino personalmente en el conflicto, calificando los hechos de «linchamiento» y gestionando la liberación de los 104 ciudadanos chilenos que habían sido detenidos.
Desde sus redes sociales, el mandatario condenó la «brutalidad inaceptable» de las agresiones y anunció que la fiscalía argentina ya había decretado la libertad de los aficionados. Las declaraciones de Boric no se quedaron ahí: también anunció que su gobierno estudia la posibilidad de presentar una querella.
El presidente chileno señaló «graves fallas en la organización» y puso el foco en un agresor en particular, a quien se ve en videos «golpeando a matar» a un hincha. Con estas gestiones, el gobierno de Boric busca defender a sus ciudadanos y exigir responsabilidades por los actos de violencia ocurridos en territorio argentino, llevando un incidente deportivo a la agenda política de ambos países.