¡Bochorno en el Gallinero! A lo «Dirigente de Ascenso», Perchman Cerró la Boca al Plantel de Nacional por Contar la Gente de Peñarol

Hay que decirlo claro: el mejor estratega de Peñarol esta semana no tiene un carné aurinegro, sino uno tricolor. Se llama Perchman, y es el directivo de Nacional que ha demostrado una vez más que el peor enemigo de un grande… es su propia directiva.

En un gesto de honestidad brutal (o, más probablemente, de torpeza monumental), Perchman se dedicó a contar cabezas en las tribunas. Se ve que se aburría. La conclusión de su análisis de salón: Peñarol, con lluvia y mal horario, metió más gente que Nacional contra Juventud de Las Piedras. ¡El horror! ¡Una ofensa de lesa pasión!

El Padrón Incomparable: Nacional vs. el Espejo

Este hombre, obsesionado con la «Guerra de Asistencias», decidió que era el momento ideal para recordarles a los hinchas de Nacional que su convocatoria es, de vez en cuando, un poquito menos épica que la nuestra. Y claro, el hincha tricolor, que vive de la mística, el «aguante» y la historia—porque de presente deportivo no siempre se puede—, se sintió agredido.

Perchman activó el modo «tío borracho en la cena de fin de año» y lo que logró fue desatar una crisis de ego en todo el «Gallinero». En lugar de enfocarse en el césped, los obligó a enfocarse en la billetera de Peñarol. ¡Gracias por la publicidad, crack!

El Silencio que Vale Oro (para el Clásico Rival)

Pero lo mejor viene ahora. Los jugadores de Nacional, ofendidísimos por la comparación con el enemigo, han decidido que la mejor respuesta a la crítica de un directivo propio es… cerrar la boca. ¡Un bozal total! Se negaron a hablar con los medios y hasta a atender a sus propios socios.

En serio, ¿quién necesita que Peñarol los desestabilice cuando tienen a un directivo que logra silenciar a todo el plantel con una simple comparación de tribunas?

Eduardo Ache salió a decir que fue por «declaraciones públicas que molestaron». No es la pelota, no es el técnico, no son los puntos. Es la sensibilidad herida por un número de la otra vereda.

Mientras en Peñarol lidiamos con problemas de fútbol, ellos lidian con directivos que les recuerdan la realidad. José Decurnex pide «prudencia». Demasiado tarde. Perchman ya hizo el trabajo sucio por nosotros: desestabilizó al vestuario de Nacional y lo puso a la defensiva, todo por un debate digno de barra de boliche.

¡Que siga la fiesta! A este paso, el mejor refuerzo que podemos tener para el próximo clásico es la silla de directivo de Perchman.

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