Boca-River: se acabó la alegría, gane quien gane

Iba a ser una superfinal, no sólo ese prefijo por ser los dos más grandes del fútbol argentino y de los grandes de América. Lo único que fue «súper» este sábado fue la vergüenza que Boca y River tuvieron que mostrar al mundo con los incidentes, antes y después de la suspensión, sumadas a las presiones de los supuestamente mandatarios  de la pelota, la demora en la decisión y otros entretelones de otra novela negra.

Iba a ser una superfinal, con goles, o no, con emoción, con 90 minutos o alargue, con penales, con situaciones, con polémicas. Y al final, porque la vida del fútbol lo decide así, uno solo iba a ser el dichoso. El del festejo, el de la alegría. Sí, claro, el partido pasó para este domingo. Habrá campeón de la Copa Libertadores de América. Habrá, también, clasificado para el Mundial de Clubes de Emiratos Árabes Unidos. Pero es claro, ya no habrá alegría. Pocos pueden estar felices y tener ánimo de celebración 24 horas después de un bochorno que arruinó la fiesta más grande que se iba a realizar.

Y por favor: que el resultado final no tape lo que pasó. Que en la historia nos acordemos de este, aquel, River-Boca de la vergüenza.

Diego Martín Yamus.
diegoanita@hotmail.com.ar

@lostribuneros

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