La Copa Libertadores es para poner el cuerpo, no para brillar. Boca lo hizo una vez más en Brasil, que parece su tierra mágica en este torneo, y en el mítico Mineirao le sacó a Cruzeiro sobre la hora un merecido empate a uno que, unido a su 2-0 hace quince días en la Bombonera, lo ayuda a seguir por su gran objetivo: un nuevo título.
Y como la Copa es para poner el cuerpo, el xeneize aguantó todo. El bullicio de la gente, el rival y hasta ciertas brusquedades, empezando por el tristemente famoso zaguero Dedé, que hoy fue la figura de la noche, y no por jugar bien precisamente. Los brasileños fueron otra versión de su caído fútbol doméstico y, si bien fueron a buscar lógicamente un triunfo por dos, no hicieron méritos para eso.
Fue mejor Boca, que con un excelente planteo de igual a igual de Guillermo Barros Schelotto lo complicó, sobre todo en el primer tiempo, donde tuvo varias ocasiones para abrir el marcador, entre ellas dos salvadas del arquero Fabio ante cabezazo de Magallán y remate de un irregular Mauro Zárate. De nuevo el colombiano Sebastián Villa fue, como contra Colón por la Superliga, genial y condujo a su equipo al ataque. Los azules contaron con algo de los talentosos Thiago Neves y el uruguayo De Arrascaeta, más las salidas en falso de Agustín Rossi, que continúa sin ser firme en el arco boquense. Pero los locales tuvieron la gran posibilidad sobre el cierre, cuando uno de sus tantos tiros libres fue convertido por el argentino Hernán Barcos, pero Dedé, en la primera de su show, le hizo plancha a Rossi y el gol no valió.
Con otra del duro central arrancó el segundo tiempo, ahora penado con amarilla por el correcto árbitro oriental Cunha. Y con la misma apatía de Cruzeiro, pero con un Boca que se aflojó y sufrió. Y así los de Belo Horizonte llegaron a la apertura, con otra pelota parada que Egidio bajó y el recién ingresado Sassá marcó. La mala noche de Rossi fue el mejor argumento del dueño de casa, que no tuvo respuestas futbolísticas para el 2-0 ansiado. Y encima Dedé culminó su negra noche golpeando sin balón a Pavón y siendo expulsado, dejando a los suyos con diez en el momento de remontar.
Había ingresado Fernando Gago para meter tranquilidad en el medio y «Wanchope» Abila para preocupar de contraataque. Otra pifia de Rossi casi le da el gol al local, pero el 1 se rehizo ante Raniel. Y en uno de sus aislados avances, el visitante encontró un 1-1 justo, porque su rival no lo apabulló. Fue en el cuarto minuto agregado, cuando Wanchope asistió a Pavón y el delantero, recuperándose de su flojo nivel, definió ante Fabio para el empate final.
Y Boca sigue hacia su novia la Copa, queriendo reconquistarla, enamorándola a base de goles, juego y solidez. Sobreponiéndose a adversidades como la de su refuerzo Andrada, a otros lesionados, a las críticas, a los rumores de salida de su técnico, a su agitado mundo interno, a sus dolores domésticos recientes con River y la Copa Argentina. Es que para ganar la Libertadores, hay que poner el cuerpo. El de carne y hueso, y como el del xeneize, como el que le gusta al hincha, el del alma.
FICHA DEL PARTIDO
Copa CONMEBOL Libertadores de América 2018
Cuartos de final, partido de vuelta
Jueves 4 de octubre de 2018
Cruzeiro (Brasil) 1-1 Boca Juniors (Argentina)
Goles: Sassá 58′ (CRU), Pavón 90’+4 (BJ).
Partido de ida: Boca Juniors 2-0.
Estadio: Mineirao (Belo Horizonte, Brasil).
Arbitro: Andrés Cunha (Uruguay).
CRU: Fabio; Edilson, Dedé, Leo, Egidio; Henrique, Lucas Silva, Robinho, De Arrascaeta, Thiago Neves; Barcos. DT. Luis Menezes.
BOC: Rossi; Bufarini, Izquierdoz, Magallán, Olaza; Nández, Barrios, Pablo Pérez; Pavón, Mauro Zárate y Villa. DT: Guillermo Barros Schelotto.
Cambios: 57′ Sassá por Lucas Silva (CRU), 65′ Raniel por Barcos (CRU), 73′ Gago por Pablo Pérez (BJ), 76′ Rafinha por De Arrascaeta (CRU), 80′ Abila por Mauro Zárate (BJ) y 87′ Cardona por Villa (BJ).
Expulsado: 80′ Dedé (CRU).
SEMIFINALES: River Plate-Gremio (Brasil) y Boca Juniors-Palmeiras (Brasil). Los nombrados en primer término serán locales en la ida.
Diego Martín Yamus.
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