La historia de Benjamín Mendy ha dado un giro. Tras ser declarado “no culpable” de las acusaciones de violación y agresión sexual que lo mantuvieron alejado de las canchas y en prisión por 134 días, el futbolista francés no se queda de brazos cruzados. Ahora, lleva la batalla legal contra su exequipo, el Manchester City.
Mendy, que durante este proceso padeció daños irreparables a su imagen y carrera, demandará al club inglés por la suma de 12.5 millones de dólares. La reclamación no solo se basa en los salarios no pagados desde 2021, sino también en la forma en que el club manejó la situación, impidiéndole volver a desempeñarse como futbolista y, de manera indirecta, afectando aún más su reputación.
El proceso judicial, que empezó con una acusación y terminó sumando un total de seis, ha sido un tormento para el jugador. Pero tras ser liberado en dos audiencias, una en enero y la apelación en agosto, Mendy busca reparar su nombre y su carrera.
Por fortuna, el Llorient de la Ligue 1 francesa le ha brindado una nueva oportunidad con un contrato de dos años, permitiendo al defensa de 29 años reiniciar su trayectoria en el deporte que ama.