Benfica y América de Cali bajo maldición

Los populares Benfica y América de Cali precisan urgente de un exorcita; ambos clubes se encuentran bajo efectos de una maldición que le impide ganar finales. En mi barrio les llamarían gallinas pero, según mi punto de vista, es un hecho de brujería pura.

Benfica no perdió la final con Chelsea porque sea gallina, sino que lo hizo porque tuvo mala suerte. Un cabezazo y marcharon con fritas.

El 13 no es el número de la mala suerte del elenco lisboeta, sino que es el 92. A los 92′ cayeron ante Porto y casi se despiden del campeonato y a los 92 Chelsea les anotó y les dio la vuelta olímpica.

¿Como es eso de la maldición?
Béla Guttman era un director técnico oriundo de Hungría, una suerte de Ferguson de su época. El magiar los sacó campeón de todo lo que se les cruzó, hasta ahí todo bien, pero Guttman tuvo la loca idea de pedir un aumento. Fue echado casi a patadas y de bronca: los maldijo «No van a ganar nada por 100 años», algo así dijo.

Se burlaron del húngaro, quien se marchó claramente ofuscado. La maldición hizo efecto inmediatamente y las derrotas a nivel internacional comenzaron a crecer y crecer. La prueba la tuvimos hoy por la final de la Europa League.

América de Cali tuvo la suya.
En 1948 la directiva del club de Cali se había reunido para ver qué rumbo seguiría su equipo, si seguía en las ligas amateur o si participaba de la profesional. Un hincha fanático de apellido Garabato, odontólogo él, se levantó echando chispas y, al no estar de acuerdo, los mandó a volar y cuando se marchaba les maldijo «ojalá nunca ganen nada».

Todos se burlaron del dentista y siguieron en la suya. La cuestión es que América no podía ganarle ni a las Madres Solteras de Yugoeslavia, como decía mi abuelo, y tuvieron que llamar a un exorcista para poder limpiar parte de la maldición. Una con el espíritu limpio, pudieron arrasar a nivel local y alzaron cuantos trofeos hubo en Colombia. Pero la «Maldición de Garabato» no perdió vigencia en las 4 finales de Libertadores que perdieron.

Por eso, digo, yo: «No creo en brujas, pero que las hay, las hay»… viejo refrán que jamás perderá vigencia.

Daniela Maruti

@lostribuneros

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