Un medio paulistano denunció a las “Torcidas Organizadas” por manipular los estatutos y convertir determinados códigos generando homofobia. El prestigioso diario Folha denunció, además, que los líderes de las barras confesaron que si descubren a un hincha que sea homosexual, como primera medida, le darían una paliza, en tal caso, pagaría con su vida.
Uno de los cabezas de la hinchada “Gavioes da Fiel” que pertenece al popular Corinthians afirmó “¿Vos ya estuviste en un ambiente de barras organizadas? Si estuviste, ya sabés que ese comportamiento no es tolerado. En caso de ser gay jamás lo va a admitir, ni si quiera se lo contará a un amigo. Sabedor que si es descubierto: cobra”.
El código de comportamiento de las hinchadas, que son asociaciones reconocidas por el estado brasileño, no especifica nada sobre las preferencias sexuales de cada afiliado. No obstante, los insultos proferidos por las “torcidas” son, en su mayoría, homofóbicos.
Muchos jugadores no quieren admitir su condición de homosexual por terror a las represalias por parte de los hinchas radicales.
Hubo un caso como el del goleador corinthiano Emerson Sheik, quien se sacó una foto dándole un “piquito” a un amigo en un restaurante, y al divulgarlas por redes sociales, fue acorralado por varios hinchas de Gavioes da Fiel, quienes le exigieron una buena explicación que los convenza.
Richarlyson, jugador del San Pablo, fue víctima de un rumor sobre su preferencia sexual por personas del mismo género, y la hinchada “Independente” coreó el nombre de cada jugador que estaba en la cancha, omitiendo el del volante.
El flagelo de la homofobia preocupa a los brasileños, quienes luchan por lograr la igualdad y la tolerancia en los estadios de fútbol para acabar, de una, con la violencia.
@lostribuneros