Barcelona se llevó por delante al Osasuna al golearlo por 5-1 en el Camp Nou, donde Messi dio la nota al marcar 4 goles. Los culés vencían por 1-0 y el equipo visitante lo empató; lejos de amilanarse el equipo catalán, se ofuscó y lo humilló con una «Pulga» que estuvo en todo su esplendor.
ABC.es:: De aquí en adelante, al Barcelona no le queda más trabajo que sumar e ir restando jornadas, muy plácido el camino que tiene en esta Liga unidireccional que lleva el incuestionable sello de Leo Messi. Básicamente porque la renta es enorme y además no falla, resuelto sin complicaciones su duelo del domingo ante un Osasuna desbravado a partir de la expulsión de Arribas a los 26 minutos.
Con el enésimo clásico a la vuelta de la esquina, el conjunto azulgrana cumplió con el guión establecido y se agenció tres puntos como si nada, rutinario ejercicio con los protagonistas de siempre. Por descontado, Messi marcó el camino una vez más y se dio un atracón. Fueron cuatro y ya lleva 33 en 21 encuentros.
El triunfo del Barcelona no tiene demasiada chicha y tampoco fue el más bonito. La tarde tampoco invitaba a demasiados excesos y servía, principalmente, para calibrar el estado de la relación entre el Camp Nou y Víctor Valdés, pues era la primera vez que se encontraban después del «no» del portero. El aplauso fue generalizado y la afición se alineó con su jugador en el primer día de una despedida que se antoja larguísima.
Valdés fue titular y lo será siempre salvo en la Copa, que precisamente condicionó la idea inicial del Barcelona. El Madrid espera el miércoles en el Bernabéu y Jordi Roura, asesorado desde la distancia por Tito Vilanova, optó por repartir minutos y dar descanso a Alba, Cesc e Iniesta. Además, Piqué estaba sancionado y el resultado fue un Barça más efectivo que brillante.
Vivió de la clarividencia de Xavi y de la puntería de Messi, eso sí que no cambia. El cerebro dio sentido a la insultante posesión y el argentino se convirtió en el primer jugador de la historia que marca durante once jornadas consecutivas. En su primer gol, además, se inventó un regate con la mirada, un regate sin la necesidad de fintar. Solo ante Andrés Fernández, con mil posibilidades, sentó al portero sin hacer nada, capaz de intimidar con su mera presencia.
El Osasuna se esperanzó con el tanto de Raoul Loe, pero en tres minutos se le borró la sonrisa con el penalti y la cuestionable expulsión de Arribas. El defensor se fue a la ducha por tocar el balón con la mano, al igual que en la acción de la primera amarilla, y al Barcelona le quedó una tarde muy plácida hasta el final. Al descanso ya había hecho todo lo necesario para ganar con la transformación de Messi y otro golito de Pedro.
La reanudación sirvió para dar carrete a la leyenda de Messi y sus goles, demasiado superior a cualquiera. Sin aparente esfuerzo, celebró dos más, uno a pase de Villa (titular) y otro con asistencia de Adriano. El último tramo únicamente sirvió para dosificar esfuerzos, para que Alexis generase algún murmullo más y para que el Camp Nou se pusiera en pie para despedir a su héroe. Messi hace de lo extraordinario una rutina, abusa del gol y de su superioridad.
Ficha del partido
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