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Mucho más que un resultado fue lo que dejó la revancha de cuartos de final de la Champions League europea entre Atlético Madrid y Barcelona, saldado con un enorme triunfo de los colchoneros por 2 a 0, eliminando así al mejor equipo del mundo. Claramente el marcador del Vicente Calderón demuestra la actualidad de ambos españoles y vuelve a poner en relieve el irregular momento del Barsa, algo que para su andar arrasador de los últimos años es casi como una falta de respeto.
Como aconteciera en 2014, Atlético pone nuevamente freno a Barcelona en cuartos de final; en aquella Liga llegó hasta el partido decisivo perdido en alargue ante Real Madrid. Sólo el espíritu copero, la fuerza, la solidez de este grupo y la energía que transmite su técnico Diego Simeone han sido capaces de hacerlo. Junto al Real son los únicos que logran asustarlo y concretar algo que para los demás es imposible: poder torcerle el brazo a esta máquina blaugrana. Así fue en este vibrante partido que el local supo llevar para sus intereses y luego neutralizar a un Barcelona que viene arrastrando una mala racha. Sólo eso, de otra forma no se explica las caídas en el derby español y ante la Real Sociedad el fin de semana pasado, o esta campanada de su eliminación en la Champions. Lo mismo que el bajo nivel que hoy su trío ofensivo, Messi-Suárez-Neymar, mostró a la hora de crear peligro. Es que el de Luis Enrique es un conjunto humano, aunque las goleadas y amplios triunfos en cadena y la cantidad de goles a favor hagan pensar que no lo es. El Barsa, como gran nombre propio de la historia del fútbol, debería ganar todos los años la gran contienda europea. Pero, está visto, también puede caer. Y alguien lo puede hacer caer. Alguien como este gigante Atlético, que sin duda ahora es el gran candidato (no el único) a ganar el título mayor de Europa.
Diego Martín Yamus
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