Los Pericos perdieron la categoría a falta de tres jornadas para el cierre de La Liga. Lo hicieron de la peor forma porque fue en su propia ciudad, en la cancha de su tradicional adversario: Barcelona.
Espanyol estaba con el agua al cuello. Precisaba de la victoria y una combinación de resultados para mantenerse vivo en Primera. Sin embargo, el partido que tenía no era cualquiera sino que se trataba del clásico ante Barcelona y en el Camp Nou.
El Barça, además de tener la chance de mandar a la «B» a su clásico rival, tenía también la necesidad de vender para no darle tregua a un Real Madrid que pinta para campeón.
Entonces, en un partido lleno de tensiones el Barça quedó con diez en la cancha por tarjeta roja a Ansu Fati que había ingresado cinco minutos antes. Una entrada criminal sobre un adversario lo mandó a los vestuarios.
La visita pudo disfrutar de tener un hombre más en la cancha, pero pagó con la misma moneda Pol Lozano al entrarle de manera criminal a Gerard Piqué, esto fue apenas tres minutos después de la roja a Fati.
Diez contra diez estaban y el beneficiado fue Luis Suárez, hombre que en el minuto 56′ anotó el exclusivo gol de la brega.
Espanyol cayó a la Segunda División, último con 24 puntos, mientras que los Culés están con 76 unidades, tres menos de un Real Madrid que jugará de local ante Alavés el viernes.
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