Tribunero.com Portal futbolero
Los octavos de final de la Champions League arrancaron y parece que para el Barcelona, increíblemente, ya está echada la suerte luego de recibir una brutal goleada como local en manos de París Saint-Germain. Es la primera vez que caen en casa ante un equipo francés.
Mauricio Pochettino arrancó con el pie derecho con el equipo francés porque logró algo que otros entrenadores no habían podido que era ganar en la cancha del Barcelona.
Sin Neymar ni el Fideo Di María, los parisinos entraron al campo con algo de dificultad porque debieron padecer la presión inicial de un Barcelona que poquito antes de la media hora ya estaba 1-0 gracias al tiro penal perfectamente rematado por Messi.
Poco a poco los del «Poche» comenzaron a soltarse en el campo aprovechando la velocidad de un terrible Mbappé, que fue determinante.
Este parco Barcelona, sin alma y sin corazón, fue cediendo poco a poco ante un PSG que pese a estar abajo, cocinó a fuego lento bien al estilo de la cocina francesa. De ahí comenzaron a llegar y a hacer figura a Ter Stegen que sacó balones importantes.
Con un fútbol sencillo, veloz, de memoria, con jugadores bien parados, los franceses lograron llegar por las bandas a todo vapor y gracias a ello llegó el empate de Mbappé que fue una verdadera poesía en el minuto 32.
La igualdad en el marcador serenó aún más al PSG, entoces se plantaron mejor con Gueyé por la derecha, en el centro Leandro Paredes, haciendo la contención y Veratti formando el tridente en el medio.
Adelante estaba Mauro Icardi más adelantado mientras que por las bandas hicieron destrozos tanto Kean, autor de una conquista, como Mbappé, que hizo los tres restantes.
El factor sorpresa y la explosión fue lo que destacó a los visitantes; 65 minutos de tiempo corrido cuando una pelota que estaba en mano de los defensores galos que tocaban de manera aparentemente anodina ante una supuesta defensa catalana bien ensamblada, lograron filtrar el balón hacia la derecha, centro de la muerte hacia atrás y pifia de un culé para que Mbappé la mande al fondo del arco poniendo las cosas eventualmente 1-2.
El juego inteligente de este PSG volvió a dar frutos en el encuentro, de ahí tras un centro cruzado al segundo palo vino el cabezazo del italiano para aumentar la cifras, restando 30 minutos aún.
Barcelona con un Messi que juega solo, y que está apagado, sin ganas y jugando apenas para cumplir con su contrato, estaba deshilachado aunque a base de entusiasmo pretendió doblegar a Keylor Navas con miras de achicar, pero a falta de seis para el cierre una pelota recuperada en el área, jugada rápidamente hacia adelante, tres delanteros quedaron mano a mano con tres defensores locales, pelota a la izquierda para que Mbappé le pegue como venía con tanta clase, tanta categoría que finalmente puso el 1-4.
La revacha se jugará en tres semanas donde los culés deberán ganar por 4-0 para poder revetir algo que parece directamente liquidado.
@lostribuneros
