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El fútbol femenino argentino vivió un amargo episodio en tierras niponas cuando la selección nacional se enfrentó a Japón en un partido amistoso y fue derrotada por un abrumador 8-0. Las dirigidas por Germán Portanova, que recientemente compitieron en el Mundial de Oceanía, enfrentaron a un equipo japonés que alguna vez fue campeón del mundo en 2011.
La pesadilla comenzó temprano, ya que las japonesas abrieron el marcador en el minuto 2 del partido y continuaron acumulando goles hasta el segundo minuto de descuento. La derrota fue una experiencia humillante para las argentinas, y la vergüenza podría haber sido aún mayor si las japonesas hubieran aprovechado todas sus oportunidades.
Nada puede justificar una derrota de esta magnitud, ni siquiera los problemas de vuelo o el efecto del cambio de horario. El equipo argentino, que cuenta con jugadoras que han cumplido un ciclo, debe buscar una renovación y dar oportunidades a nuevas talentosas jugadoras que esperan su chance en el interior del país.
A pesar de la derrota, es esencial que el fútbol femenino argentino mire hacia el futuro. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) ha tomado medidas al hacer obligatoria la existencia de categorías Sub 19, Sub 16 y Sub 14 en la Primera A. Sin embargo, aún falta hacerlo obligatorio en las categorías de ascenso (Primera B y Primera C).
La incorporación de equipos del interior con seriedad y estructura, como Belgrano, Talleres de Córdoba, Unión de Santa Fe, Newell’s Old Boys, Atlético de Rafaela, Aldosivi de Mar del Plata, San Luis FC, El Frontón de San Andrés de Giles, y Estrella del Sur de Alejandro Korn, es un paso alentador para el crecimiento del fútbol femenino en Argentina.
Sin embargo, la tibieza en las críticas por parte de las comentaristas de televisión ha sido criticada por algunos espectadores, quienes argumentan que se necesita un análisis más crítico hacia el equipo y su cuerpo técnico.
A pesar de esta derrota abrumadora, el fútbol femenino en Argentina tiene la oportunidad de reinventarse y mirar hacia adelante, con la esperanza de un futuro más brillante y competitivo.
