La albiceleste vendió carísima su derrota ante las inglesas por la segunda jornada del Grupo C del Mundial Femenino de Francia. Frente alta y derrota por la mínima. Vanina Correa atajó un penal y fue premiada como la mejor del juego. Hay chances aún.
Las chicas hicieron lo que pudieron. Suena duro pero es así. Las diferencias entre un equipo amateur y un equipo profesional, y de las bien pagas, es abrumadora.
Argentina encaró en Le Havre a Inglaterra con el objetivo de dar la sorpresa o, por lo menos, sacar otro punto como sucedió con las japonesas en el debut de esta copa del mundo.
El poderío ofensivo y el impecable estado atlético de las inglesas se notó ante unas dignas y aguerridas futbolistas albicelestes. Argentina era garra, corazón y mucha disciplina táctica.
El esquema propuesto por Carlos Borrello estaba basado en defender y evitar que las adversarias lleguen con peligro, y sorprender con rápidos contragolpes. Pero las cosas no salieron como estaba planeado y cada intento de contraataque era neutralizado por las veloces británicas.
Iban 28′ cuando Nakita Parris tuvo la gran oportunidad de ponerse en ventaja de tiro penal. Ahí estaba lo impresionante Vanina Correa para desviar el remate y llevarse los aplausos de la afición argentina y los abrazos de sus compañeras.
Vanina fue determinante en el encuentro. Esa mujer de 1,80 de estatura, 35 años de edad y mamá de mellizos, entró al campo con un GPS en su mente y unos ocho o tal vez diez brazos; se atajó la vida.
Jode Taylor en el minuto 61 anotó el exclusivo gol del juego e Inglaterra acabó venciendo.
Argentina precisa vencer a Escocia en la próxima jornada, la última del Grupo D, y esperar resultados para ver si puede clasificar como mejor tercera.
Inglaterra aseguró su pasaje a octavo de final.
@lostribuneros