Un hecho tan curioso como repudiable se produjo en la ciudad uruguaya de Melo, cercana a la frontera con Brasil, cuando un referí ingresó a impartir justicia en un partido entre equipos de la Sub 18.
Jugaban Conventos ante Boca Juniors, ambos Melo, distante a 280 km al noreste de Montevideo, cuando el árbitro ingresó al campo de juego con evidente estado ebriedad. Además de tropezar, dio fallos insólitos e incluso hizo repetir un penal, que, ante los reclamos airados de un defensor optó por amonestarlo y luego agredirlo físicamente.
La policía decidió llevarse detenido al árbitro y tomarle un examen de alcoholemia que dio 1,5 gramos en la sangre.
@lostribuneros