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LIVERPOOL, INGLATERRA — La victoria 4-2 del Liverpool sobre el Bournemouth fue solo un detalle en una de las noches más emotivas que se recuerden en Anfield. El estadio se convirtió en un santuario para un sentido y desgarrador homenaje a Diogo Jota y su hermano André Silva, fallecidos meses atrás.
El tributo colectivo comenzó con un solemne minuto de silencio, seguido de una versión de «You’ll Never Walk Alone» que retumbó en las tribunas. El punto más alto de la noche llegó en el minuto 20, cuando toda la afición se puso de pie en una ovación que duró varios minutos, alzando bufandas y remeras con el dorsal y el nombre de Jota.
El momento fue tan conmovedor que Mohamed Salah, visiblemente afectado, no pudo contener las lágrimas tras anotar el cuarto gol del partido, dedicándolo a su compañero y amigo.
Un legado más allá del campo
El club también ha tomado medidas institucionales para honrar la memoria de Jota. El Liverpool retiró oficialmente la camiseta número 20 en todos sus equipos, y los jugadores portarán un emblema especial «Forever 20» en sus camisetas durante toda la temporada. Además, se anunció la creación de un programa comunitario en su nombre, cuyos fondos se destinarán a la fundación del club.
La presencia de la familia de Jota en el estadio, acompañada por el plantilla, reforzó el carácter humano del homenaje. La noche en Anfield fue un poderoso recordatorio de que, a pesar de las tragedias, el fútbol puede ser un faro de unión, respeto y apoyo incondicional.
