Andrés Merlos, un referí de alto vuelo en todo el sentido de la palabra

Por Daniela Bollorini
www.afa.org.ar

Además de desempeñarse como juez, Andrés Merlos es mecánico de aviones y tripulante en la Fuerza Aérea: «Amo tanto volar como dirigir», cuenta.

Te volvemos a contar una historia arbitral, y hoy el protagonista es Andrés Merlos, quien además de desempeñarse como árbitro de Primera División del fútbol argentino, hace 19 años trabaja en la Fuerza Aérea Argentina. Así en la cancha como en el cielo.

«Una pasión un poco desplazó a la otra. Cuando tenía 15 años comencé a estudiar para ingresar a la Fuerza Aérea, y fue ahí donde tuve que abandonar mi corta carrera como futbolista. Pero como no quería despegarme del todo, tiempo después decidí estudiar arbitraje y hoy vivo mi pasión por el fútbol desde otro lugar, que en un comienzo fue una salida labora,l y hoy es una labor que llevo muy dentro mío». Así repasa el juez sus inicios en ambas tareas, y agrega: «Comencé en 1997 a estudiar en la escuela de Suboficiales de Córdoba, y dos años después ya estaba trabajando en Tandil. Con el arbitraje arranqué un poco más tarde, empecé en 2001 en la Liga Tandilense y diez años después tuve el placer de debutar en Primera División«.

Andrés Merlos se desempaña como mecánico de aviones y tripulante del sistema Air Mirage hasta el año pasado, cuando los mismos fueron retirados de la Fuerza. Además, hoy en día se encuentra en la parte de Ceremonial y Protocolo de la Secretaría General de la Fuerza Aérea Argentina. «Me encantan los aviones, amo volar y todo lo que viví estos años arriba de ellos es impagable» recalca Andrés con emoción.

«Es divertido como a veces se chocan mis dos labores. Tengo compañeros de todo el país e hinchas del equipo que te imagines, y todos tienen una opinión para darme, lo disfruto mucho. Además, tengo la suerte de que me valoren tanto mis pares como mis jefes, ellos saben que salgo a la cancha representándolos y siempre me dieron la oportunidad de dirigir cuando ambas profesiones se me juntaban en un mismo momento», nos cuenta Andrés sobre su relación diaria con los dos trabajos.

Por último, a la hora de encontrar una similitud entre sus dos labores, recalca la adrenalina: «Esa sensación la vivo cuando estoy arriba de un avión volando a 2.200 kilómetros por hora o cuando salgo a una cancha y hay 60 mil personas gritando y alentando a su equipo; son esos momentos donde la piel se me eriza».

Hoy conociste una nueva historial arbitral, porque detrás de cada árbitro hay una vida por contar…

@lostribuneros

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