Alejandro Domínguez, presidente de la CONMEBOL, provocó una fuerte polémica al comparar la Copa Libertadores sin equipos brasileños con «Tarzán sin Chita». Esta analogía fue ampliamente criticada en Brasil, donde se interpretó como una referencia despectiva y potencialmente racista hacia los equipos y jugadores brasileños.
Leila Pereira, presidenta del Palmeiras, expresó su indignación, calificando la comparación de «abominable». Sus declaraciones resaltaron la falta de sensibilidad de Domínguez ante la gravedad del racismo en el fútbol, especialmente tras recientes incidentes racistas que involucraron a jugadores del Palmeiras. Pereira incluso sugirió que los clubes brasileños podrían considerar abandonar la CONMEBOL y unirse a la CONCACAF si no se toman medidas más firmes contra el racismo.

La controversia surgió en un contexto de creciente preocupación por los incidentes racistas en el fútbol sudamericano. Un reciente caso de racismo contra el jugador del Palmeiras, Luighi, durante un partido de la Copa Libertadores Sub-20, aumentó la tensión y la demanda de acciones concretas.
Ante la ola de críticas, Alejandro Domínguez emitió un comunicado disculpándose por sus declaraciones. Afirmó que su intención no era menospreciar a nadie y reafirmó el compromiso de la CONMEBOL con la promoción del respeto y la inclusión en el fútbol. Se comprometió a seguir trabajando por un fútbol más justo y libre de discriminación.
Este incidente ha generado un intenso debate sobre la necesidad de implementar medidas más efectivas para combatir el racismo en el fútbol sudamericano y sobre la responsabilidad de las autoridades deportivas en la promoción de un ambiente inclusivo y respetuoso.