Un adolescente de 17 años incendió el pasado martes (20) la réplica gigante de la Copa del Mundo, ubicada en Teresópolis, interior del estado de Río de Janeiro. Lo que causó conmoción en Brasil porque pensaron que fue una señal de los «Anti-Copa», pero no fue así, simplemente el joven la quemó porque consideró que era «fea».
La policía pudo dar con el autor del atentado porque la localidad no es muy grande, y éste dejó rastros en Facebook.
Esta réplica costó 4.000 dólares.
@lostribuneros