Es una situación que desafía la lógica y que tiene al fútbol escocés en estado de shock. El Rangers FC, el histórico coloso de Glasgow, no está atravesando una mala racha; está viviendo una pesadilla absoluta en 2025. El club que vive por y para ganar, simplemente, se ha olvidado de cómo hacerlo.
Lo que está sucediendo en Ibrox este año es un auténtico desplome institucional y deportivo que asombra por su velocidad y profundidad.
Los Números del Desconcierto
Basta con mirar la clasificación de la Scottish Premiership para entender la magnitud del desastre. El Rangers ocupa un insólito sexto puesto. No es un error tipográfico. Tras ocho jornadas disputadas, el equipo apenas ha podido sumar 9 puntos, producto de una racha alarmante de empates y derrotas.
Lo más increíble es que ya están a 13 puntos del líder, el Heart of Midlothian. La lucha por el título, que debería ser su obligación natural, parece una quimera antes de que termine octubre. ¿El dato más sangrante? Apenas una victoria en todo el campeonato.
Caos Interno y la Silla Eléctrica del Banquillo
Como era de esperar, la crisis se cobró a su primera víctima. Russell Martin fue despedido en medio de un clima insostenible. Su gestión fue un fracaso rotundo: solo una victoria en siete partidos de liga, una eliminación temprana en la Champions y derrotas consecutivas en la Europa League.
La tensión con la hinchada llegó a un punto de no retorno. Los aficionados, desesperados, llenaron las redes exigiendo carácter y liderazgo, viendo cómo su equipo se desmoronaba. Junto a Martin, cayeron Matt Gill y Mike Williamson, miembros de su cuerpo técnico.
En un intento desesperado por salvar la temporada, el club acaba de nombrar al alemán Danny Röhl. Su currículum (experiencia en Leipzig, Southampton, y como asistente de Flick en el Bayern y la selección alemana) genera esperanza, pero la tarea es titánica: levantar a un plantel golpeado anímicamente y presionado por la historia.
¿Pero Cómo se Llegó a Esto? La Anatomía de una Caída
Lo que asombra a analistas y aficionados es que la caída no se debe a un solo factor, sino a un colapso sistémico:
- Vacío de Mentalidad: El propio exentrenador Martin señaló que el problema era de confianza. El equipo es incapaz de revertir marcadores y se muestra anímicamente destrozado ante la primera adversidad.
- Errores Groseros: La defensa es un caos desorganizado que concede goles en momentos clave. La ofensiva, por su parte, es inoperante y carece de presión.
- Inestabilidad Institucional: Los expertos coinciden en que la directiva ha actuado con nerviosismo y sin un proyecto claro. Los cambios de técnico son vistos como «decisiones apresuradas» que solo han generado más incertidumbre en el vestuario.
- La Presión de la Historia: La exigencia de ser Rangers, sumada a la frustración de la prensa y la grada, ha creado un clima tóxico que ahoga al equipo.
En resumen, el Rangers es hoy un club errático, lejos de la pelea, con una afición furiosa y una crisis que va mucho más allá del césped. Lo que se ve es un gigante paralizado por sus propios miedos y una falta de rumbo que asombra a propios y extraños.