El 14 de mayo de 2015 quedó en la historia del fútbol argentino, y no exactamente por tratarse de un superclásico por Copa Libertadores. Ese día quedará en la crónica negra del fútbol argentino y sudamericano por un hecho vergonzoso: el episodio del gas pimienta.
Rayano a un atentado fue el ataque de barras de Boca Juniors a los futbolistas de River Plate que estaban entrando al campo de juego para encarar la segunda etapa. Ese día Boca Juniors debía revertir el 0-1 recibido en el Monumental por la ida de octavos de final.
El equipo del «Muñeco» Gallardo dominaba las acciones ante un conjunto xeneize que no le encontraba la vuelta a esa primera parte. Arengados por el público que colmó La Bombonera, los futbolistas boquenses, con más desesperación e impotencia que fútbol, trataban de burlar sin éxito la férrea defensa liderada por Jonathan Maidana.
Restaban 45 minutos. No se sabía que iba a pasar. Era claro que River tenía como objetivo seguir así, plantado en el medio, y buscando sorprender de contra.
Los futbolistas del Millonario estaban entrando al campo de juego por la manga, cuando un grupo de barra bravas de Boca comenzó a arrojarles gas pimienta.
Visiblemente afectados por esto, los jugadores de River entraron a la cancha intoxicados, obligando al referí a tomar cartas en el asunto.
Luego de idas y vueltas. De mucho cabildeo. De un Millonario que lógicamente no estaba en condiciones para jugar, pero una directiva de Boca que presionaba para que el encuentro se lleve a cabo, el árbitro decidió suspenderlo.
Pasó de todo en la cancha, en las tribunas y siguió en las oficinas de la Conmebol en Asunción. Finalmente, se decidió darle por ganado el partido a River, que a la larga terminó como campeón de esa edición de la Copa Libertadores.
Pero, más vergonzosa fue la sanción que la Conmebol le puso a Boca Juniors. Sonó más a una palmadita y «no lo hagan más» que a una verdadera pena.
Lo cierto es que el «Panadero» Napolitano, principal responsable de esto, generó una gastada que los boquenses jamás podrán borrar: «El que no salta abandonó».
@lostribuneros