A 29 años de la final más dramática de la historia

Pasan los años y no encontramos punto de comparación con este partido, si bien es cierto que algún memorioso citará la final de la Copa Libertadores de 1966, pero esta tuvo magia, hechizo, encanto, emoción; Peñarol de Montevideo, con un equipo Sub 23 encaró el mayor torneo continental y se lo quedó contra todo pronóstico y con un gol anotado a falta de apenas dos segundos para los 120′.

América de Cali estaba festejando su primera Copa Libertadores, por fin la maldición estaba rompiéndose ese 31 de octubre de 1987, en Santiago de Chile. Los americanistas con el 0-0 estaban hechos. Julio César Falcioni era el arquero del equipo por aquellos tiempos. El «Flaco» se había encargado de calentar el partido con polémicas y provocativas declaraciones que intentaban desanimar a los «botijas» (pibes) de aquel Peñarol que era dirigido por un maestro de escuela, un tal Óscar Tabárez. El ahora entrenador de San Lorenzo, Diego Aguirre, de apenas 22 años, entró en el salón de la fama gracias a su osadía e irreverencia; tomó el balón en la última jugada del partido y, de manera despiedada, lo mandó a «donde duermen las arañas», como dicen en tierras charrúas.

La hinchada cafetera coreaba el «dale campeón», pues faltaban escasos treinta segundos para el cierre. Luego cerraron con un «10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3…» e irrumpieron en llanto: Aguirre anotó de contragolpe.

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«Maldición de Garabato», decían al otro día los medios colombianos. Le atribuían esa tercer final perdida al odontólogo que los maldijo antes de morir. Esta final dolió, y mucho, porque estaba ganada.

«Peñarol estaba integrado por juveniles, dado que el contador Damiani decidió sanear los números y dio de baja a varios futbolistas ‘caros’. Promovieron a muchos botijas con hambre de gloria», nos relataba don Coco Bogado (QEPD).

América, gracias al poder del narcodinero estaba armado por figuras de altísimo vuelo como Sergio Santín, Julio Falcioni, Ricardo Gareca y los paraguayo Roberto Cabañas y Juan Manuel Battaglia. 

 

@lostribuneros

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