Brasil sigue con problemas producto de la desorganización, corrupción y falta de controles de calidad; el estadio Mané Garrincha, el más caro del Mundial 2014, terminado y entregado hace meses, ahora presenta problemas de terminación y se necesitan 75 millones de dólares más para arreglarlos.
La gente salió a protestar durante la Copa de las Confederaciones y no era exactamente por el aumento de boleto de colectivo, sino que lo hizo harta de ver tanta corrupción, en especial a la hora de organizar el Mundial, ya que el estado invirtió centenas de millones de dólares en estadios pero el presupuesto para educación y salud es paupérrimo.
Resulta que el estadio Mané Garrincha de Brasilia estaba listo, terminado y ya se estaba utilizando para partidos del Brasileirâo, pero se descubrieron fallas en la terminación, como fuertes filtraciones en sus techos, y ahora el presupuesto se eleva como espuma.
Cerca de 700.000.000 de dólares demandará finalmente el estadio.
@lostribuneros