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La Copa del Mundo 2022 arrancará a partir del domingo 19 de noviembre. El partido inaugural será entre el anfitrión Qatar y Ecuador por el Grupo A. Nada es color de rosas y evidentemente este Mundial será el que más vidas de trabajadores se llevó desde creación en 1930 en Uruguay.
6.500 obreros perdieron la vida en construcción de lujosos estadios, hoteles, aeropuerto y rutas por trabajar en condiciones infrahumanas, según denuncia el diario inglés The Guardian. Los trabajadores en su mayoría son asiáticos, oriundos de los países más pobres; Nepal, Pakistán, India, Sri Lanka y Bangladesh son los mayores aportantes de mano de obra que trabajaba condiciones similares a la esclavitud.
Las empresas encargadas de las construcciones por lo general son de origen europeo. Los obreros explotados llegaban con promesas de recibir jugosos salarios ideales para mejorar las condiciones de vida que llevan en sus respectivas patrias. Pero, de acuerdo a denuncias de comisiones ligadas a los derechos humanos, muchos debían abonar un dinero de entre 500 a 4.300 dólares americanos a contratistas que les prometían el oro y el moro.
Para poder acceder al dinero para viajar a Qatar muchos tomaron créditos que seguramente no podrán pagar al regresar. 1.7 millones de obreros extranjeros fueron contratados, siendo el 90 por ciento de los obreros.
Hacinamiento. Falta de condiciones de higiene. Falta de seguridad. Hombres durmiendo el literas cuando están prohibidas en habitaciones donde la ley indica que no puede sobrepasar las ocho personas, habiendo el doble de lo permitido.
Salarios jugosos prometían y cuando iban a cobrar les abonaban un dinero que era hasta irrisorio. Muchas de las muertes fueron provocadas por el calor excesivo dado a que les obligaban a cumplir tareas en horarios donde el calor está en su punto más alto.
La FIFA por su lado días atrás salió a anunciar que los obreros fallecidos son ¡tres! cuando Anmesty Internacional viene denunciando muertes por millares.
Sabido es que la comunidad LGTBI+ tendrá que reprimir su manera de pensar y expresiones. Incluso, los castigos son de entre 7 y 11 años de cárcel.
